En la actualidad, pedir calaverita es una actividad común en México durante el Día de Muertos. Los niños disfrazados recorren las calles pidiendo calaverita y, en ocasiones, a cambio de una canción reciben dulces, frutas o dinero, pero lo que esencialmente piden son monedas. Esta tradición es una forma de honrar a los muertos y de recordar la importancia de la vida y la muerte en la cultura mexicana.
¿Cuál es el origen de pedir calaverita?
Hay varias versiones sobre el origen de esta tradición, una de ellas se remonta a la época prehispánica, cuando un pequeño macehual, al no poder poner una ofrenda para los muertos por falta de dinero, decidió pintarse la cara para pedir comida, pan y fruta. Durante la Colonia, esta práctica se hizo popular y los niños salían a la calle con una calabaza o chilacayote, a las cuales les hacían ojos y boca y le colocaban una vela adentro. En ese entonces, los niños recibían dulce de calabaza, también conocido como chacualote.
Se cree también que hace mucho tiempo, cuando existían los grandes hacendados y se acercaba la fecha del 2 de noviembre para ir a visitar a los difuntos, los trabajadores pedían permiso a sus patrones para ausentarse e ir a los cementerios. Como ayuda, los hacendados les regalaban comida o dinero para que fueran al cementerio y pudieran ofrendar a sus difuntos. Esta práctica se convirtió en una costumbre, por lo que cada 2 de noviembre los trabajadores iban a pedir su calaverita.
De acuerdo con el antropólogo Erik Mendoza, pedir calaverita data del siglo XVIII, cuando el Día de Todos los Santos los feligreses visitaban las iglesias para admirar los huesos y objetos de santos conocidos como reliquias, ya que creían que si oraban frente a estos objetos, sus pecados serían perdonados por Dios.
Años después, la gente comenzó a venerar a sus seres queridos y no solo a los santos, por lo que las familias adineradas colocaban grandes y suntuosos altares a sus difuntos, mientras que las personas que no tenían dinero para colocar una gran ofrenda les pedían a los ricos las sobras de sus altares para sus “calaveritas" y así poder honrar a sus muertos.
Estas son algunas leyendas de la tradición mexicana de "pedir calaverita”, que al principio no tenía nada que ver con el Halloween, aunque actualmente está muy ligado al "dulce o truco".
Y es que con el paso de los años, los niños en México fueron mezclando el Halloween de disfraces espeluznantes con el andar por las calles pidiendo calaverita. Los pequeños pidieron cada vez menos calaveras de chocolate y de azúcar, para ir cediendo a las tradiciones del dulce o travesura o incluso pedir dinero.