Durante 35 años, el inmueble ubicado en la 13 Oriente 409 fue la sede del extinto Partido de la Revolución Democrática (PRD). Atrás quedaron aquellos momentos en el que el partido del Sol Azteca se ostentaba como la tercera fuerza política en la entidad. Por sus pasillos, desfilaron importantes actores de la vida política, así como diversos líderes de la izquierda en Puebla.
Hoy solo quedan recuerdos de aquellos años de gloria. Ya no se escucha el bullicio de los militantes, de las personas que acudían a sus oficinas en busca de gestionar apoyos, de lo imposible que era encontrar un cajón de estacionamiento, de las conferencias de prensa que organizaban sus representantes en el Congreso, de aquellos momentos tensos y de incertidumbre que se vivieron en la elección presidencial del 2006, cuando Andrés Manuel López Obrador era su candidato, donde se gestó parte de la resistencia civil después de perdida la contienda federal y que llevó a la postre a Felipe Calderón al frente del ejecutivo.
Hoy, la sede de lo que era el PRD en Puebla, luce vacía, sin el ajetreo político que caracteriza a un instituto de estas características. Aún conserva las siglas en su fachada como una señal de resistirse a morir, como un luchador de la Arena Puebla que espera levantarse de la lona y continuar con la pelea, pero que sabe perfectamente bien que su tiempo se ha acabado.
El PRD solo alcanzó 35 años de vida política en Puebla, los muros de las oficinas de la sede del partido son mudos testigos de este pasar de los años, y que hoy simplemente están solos. Las puertas del partido más representativo de la izquierda poblana en el siglo anterior continúan abiertas, pero únicamente para cumplir con su proceso de liquidación, para que cuando llegue el momento en el que el Instituto Estatal Electoral dé la señal de que debe ser desocupado, se cumpla la instrucción.
Aún, dentro de sus oficinas vacías, y que únicamente cuentan con un escritorio para recibir a algún visitante, se tiene la esperanza de contender en las elecciones extraordinarias del próximo año y sea este proceso el último clavo que necesita el ataúd del Sol Azteca para enterrarse definitivamente.
Hoy la sede del PRD luce vacía, solo con tres personas que acuden diariamente a abrir las puertas del partido, para cumplir con un mero trámite que estipulan las leyes electorales en el país. Con una persona que todos los días se encarga del mantenimiento del lugar, de limpiar el anuncio luminoso que te da la bienvenida al PRD. Hoy, no queda nada de ese partido que abanderaba la izquierda en Puebla.
¿Qué le pasó al PRD?
En México, para que un partido político no pierda su registro, debe acreditar al menos 3 % de la votación durante las elecciones federales que se celebren, según el INE.
De no lograr ese porcentaje, los partidos políticos perderán personalidad jurídica ante el órgano electoral, pero sus dirigentes y candidatos deberán cumplir las obligaciones en materia de fiscalización antes de que se extinga por completo.
El PRD fue el único partido que perdió su registro en Puebla, ya que solo obtuvo el 2.1 % de los votos que se generaron en los comicios del pasado 2 de junio.