El caso del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien permanece encarcelado en una prisión de máxima seguridad en su país hace seis meses, es considerado como uno de los más paradigmáticos de "Lawfare" o judicialización de la política en América Latina, afirmó este sábado el abogado Aitor Martínez, integrante de su equipo defensor.
"El caso de Jorge Glas es uno de los casos más paradigmáticos de 'Lawfare' en América Latina. Jorge Glas sufre una despiadada persecución desde hace años, instrumentalizada por causas sin sustento jurídico, que son concatenadas entre sí para mantenerle en prisión en forma continuada", afirmó Martínez durante la celebración de un Tribunal Internacional por la Liberación del exvicemandatario de Ecuador, quien ocupó el cargo de 2013 a 2018.
Según el abogado español, quien ha formado parte de la defensa del periodista australiano Julian Assange, la captura de Glas, el 5 de abril de este año supuso que esta persecución en su contra, disfrazada hasta ese momento de "resoluciones jurídicas asépticas", hizo que "ya se quitara la máscara".
"Se atentó radicalmente contra la inviolabilidad de la misión diplomática, que es un principio sacrosanto del derecho internacional que proviene de las guerras medievales y que está cristalizado en la Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas, de 1961", aseveró Martínez.
Además, el abogado dijo que "también se violó radicalmente la institución del asilo diplomático", la cual consideró fundamental de protección en América Latina. "Ni las peores ni más sangrientas dictaduras de América Latina se atrevieron a algo así. Ni (Rafael) Videla, ni (Augusto) Pinochet", aseveró.
Indicó que el comunicado presidencial de Ecuador, donde Noboa se atribuyó la orden de ingresar a la legación mexicana para sacar a Glas, fue probablemente para "esconder" esa acción detrás de la inmunidad presidencial. Los participantes en el foro digital este sábado alertaron sobre la situación de salud física y mental del recluso, y sobre las medidas cautelares a su favor que han sido desechadas por el gobierno ecuatoriano.
Entre los asistentes en este Tribunal Internacional por la Liberación de Jorge Glas estuvieron el expresidente Rafael Correa (2007-2017); Sacha Llorenti, coordinador del Comité Internacional por la Liberación de Jorge Glas; Sonia Vera, del equipo internacional de defensa del exvicemandatario, Irene León, de la Red en Defensa de la Humanidad Capítulo Ecuador, entre otros.
El exvicepresidente había salido de la cárcel en régimen de pre-libertad (bajo condiciones), tras cumplir seis años tras las rejas y la unificación de dos penas por el caso Odebrecht por presunta asociación ilícita y por el caso Sobornos 2012-2016 por supuesto cohecho, relacionado con el financiamiento ilícito a su organización política.
Sin embargo, posteriormente se le inició otro proceso por un presunto peculado mientras ejercía la función de presidente del Comité para la Reconstrucción de la provincia de Manabí, tras el terremoto de 2016 y se emitió una orden de captura, tras lo cual decidió en diciembre de 2023 ingresar a la embajada de México y solicitar asilo político.
En abril de 2024, al ser arrestado en la legación diplomática, Glas ya contaba con la condición de asilado por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, hecho por el cual ese país decidió romper relaciones diplomáticas con el Gobierno de Noboa.
Posteriormente, México inició un proceso contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia, de La Haya, mientras el Gobierno de Noboa respondió con una demanda contra ese país ante la misma instancia, actualmente en proceso.