“La moda es cíclica, siempre vuelve” y en este 2024, el lujo, los colores neutros, la elegancia clásica y la sofisticación regresaron desde los noventa con algunos twists: la sustentabilidad, el slow fashion y el comercio electrónico.
De acuerdo con Tiendanube, plataforma líder de comercio electrónico en América Latina, durante este año, las tiendas en línea de la categoría de moda especializadas en prendas pre-amadas y sustentables crecieron un 32% en comparación con el año pasado; lo que muestra el interés tanto de los emprendedores como de los consumidores por cambiar las reglas y apostar por el slow fashion, es decir consumir moda de manera consciente con la intención de que las prendas perduren en el tiempo y no solo una temporada.
Una de las tendencias más populares en esta línea es el Old Money, un estilo que se inspira en la moda que utilizaban los estadounidenses adinerados en los noventa e incluyen: camisas, polos, prendas con rayas marineras, básicos colores neutros, outfits inspirados en el tenis y las vacaciones de verano, con materiales duraderos como el lino y el algodón. Esta última característica le permite tener un match perfecto con la sustentabilidad y el slow fashion, pues aquellas prendas de calidad permiten su uso a través de los años e incluso de las generaciones.
Los datos de Tiendanube nos muestran que algunas de las prendas más vendidas que siguen esta tendencia son los blazers con un ticket promedio de 1,115 pesos, las blusas (485 pesos), las bolsas (1,489 pesos), las faldas (978 pesos) y no pueden faltar los accesorios como los collares (859 pesos). En promedio, comprar un outfit completo Old Money vía comercio electrónico puede costar entre 2,800 pesos y 8,000 pesos de acuerdo a las marcas, sin embargo, puede haber accesorios con precios que llegan a los 18,000 pesos.
En ese sentido, tanto la moda consciente como el comercio electrónico son dos grandes aliados para la sustentabilidad, esta forma de ver el consumo con responsabilidad y que cada vez permea más mercados. Cuidar cada prenda, apostar por marcas que ofrezcan calidad sin sacrificar el diseño y realizar acciones como el reúso pueden aportar en gran medida a reducir el impacto ambiental de la industria de la moda.