No ayudas en una emergencia, pero sacas tu celular: tienes del “Síndrome del Espectador”

No ayudas en una emergencia, pero sacas tu celular: tienes del “Síndrome del Espectador”

Foto: FreePik

En México se aplica un dicho muy sabio que dice "no te metas donde no te llaman" y sirve para no entrometerse en asuntos ajenos. Y lamentablemente, eso fue lo que sucedió la noche de este martes afuera de una tienda de autoservicio ubicada en San Andrés Cholula, cuando dos hombres resultaron heridos de bala al intentar defender a una mujer que estaba siendo agredida por su pareja.

 

Testigos de los hechos afirman que la pareja había comprado cervezas, y al salir, el sujeto comenzó a atacar a su pareja, lo que provocó que los dos hombres que se estaban ingiriendo bebidas alcohólicas en el estacionamiento intervinieran para defender a la mujer y se armara la gresca. En un instante, el agresor se dirigió a su vehículo, sacó un arma de fuego, disparó a los dos hombres en repetidas ocasiones y se dio a la fuga.

 

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¿Es esta una de las razones por las que la gente prefiere no ayudar a otros?

 

Desafortunadamente sí, los niveles de violencia han escalado mucho, al grado que la gente se muestra indolente ante este tipo de escenas y prefiere ignorarlas o incluso grabarlas con sus dispositivos móviles antes que exponerse a una agresión.

 

Y ese es el rol que ha elegido la ciudadanía para evitar algún tipo de agresión: el de espectador. Los especialistas han bautizado esta acción como el "Síndrome del Espectador", un fenómeno social que describe la tendencia de las personas a no ayudar a alguien que está en peligro o necesita asistencia cuando hay otras personas presentes.

 

Este síndrome se debe a factores como la falta de empatía o comprensión hacia la situación de la otra persona, miedo a involucrarse en problemas ajenos, desconfianza hacia los demás o priorización de los propios problemas o necesidades.

 

Cuando una eventualidad carece de claridad, las personas alrededor se mantienen a la expectativa, pero sin la intención de intervenir; en cambio, adoptan el papel de espectador, y como si se tratara de un espectáculo, prefieren grabar el momento, y peor aún, subirlo a las redes. En ningún momento pasa por su mente intervenir y mucho menos llamar a las autoridades. Tal pareciera que el espectador que tenga la mejor toma o capture el desenlace del hecho violento se hará acreedor a un premio.

 

Pero tampoco podemos dejar de lado el riesgo que corren las personas que intervienen en una acción de violencia. En las redes sociales abundan videos en los cuales se puede observar a personas intentando poner un poco de paz en un conflicto y desgraciadamente terminan golpeadas o baleadas. En algunos casos, incluso pierden la vida.

 

Por ello, la mayoría de la gente decide no abogar en un conflicto, por miedo a ser víctima de un problema que no le compete. Y aquí aplica otro dicho: "más vale que digan: aquí corrió, que aquí murió", como una invitación a ser cautelosos cuando nos enfrentamos a un riesgo. Es decir, siempre será mejor analizar la situación y buscar el mejor momento para asegurar el triunfo, o bien, el menor daño posible, y de no ser así, mejor hacerse a un lado.

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