A finales del pasado mes de agosto el peso mexicano mostró una fuerte depreciación frente al dólar; los economistas vulgares atribuyeron la caída a la desconfianza de los inversionistas por la Reforma Judicial. Sin embargo, después que la reforma se aprobó, el peso recuperó terreno frente al dólar por lo que esos pseudoanalistas de la economía se quedaron sin argumento, ¿qué pasa y cómo entender mejor las fluctuaciones del tipo de cambio?
Recordemos que llamamos tipo de cambio al valor de una moneda con respecto a otra. Los tipos de cambio pueden ser fijos, cuando la autoridad monetaria o el gobierno definen el valor de la moneda, como en Argentina; o flexibles, cuando es el mercado quien define los valores, como en nuestro país. Así que, el peso mexicano está en libre flotación y el mercado ajusta su valor, cuando se demandan muchos pesos, su valor sube, si por el contrario se demandan más dólares, su valor baja.
El tipo de cambio también refleja lo que llamamos en economía fundamentos macroeconómicos, que son las variables económicas de un país, como el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la inflación, el empleo, la balanza de pagos, balanza fiscal, etcétera. De modo que, la moneda de un país tiene mayor valor que la de otro, si hay un crecimiento mayor, si la inflación es más baja, si las balanzas están más equilibradas o resultan superavitarias, si hay una menor tasa de desempleo o cualquier combinación anterior.
La libre flotación de una moneda permite que se ajusten de forma automática los precios de intercambio, por ejemplo, si un país A tiene una inflación más alta que el país B, la moneda del país A se depreciará para compensar ese diferencial de precios. Históricamente, la economía de Estados Unidos siempre mostró un desempeño relativamente mejor al nuestro por lo que el peso mexicano siempre se depreciaba frente al dólar (como se observa en la gráfica). Pero en este sexenio, por primera vez, desde 1960 el peso se está apreciando, ¿por qué?
Cuando Andrés Manuel ganó la elección de 2018, los pseudoanálistas vaticinaron que el dólar llegaría a más de 30 pesos porque los “capitales huirían”. Eso no pasó, sino todo lo contrario, cuando el “super peso” se empezó a apreciar, esos mismos pseudoanalistas dijeron que eran “factores externos” que no tenía nada que ver AMLO. Hace 20 días que el peso se depreciaba le echaban la culpa a AMLO y la reforma judicial, volvió el cuento de que el dólar costaría 30 pesos y seriamos Venezuela. En esta semana que el peso se ha apreciado, otra vez son factores externos. En conclusión, según los economistas vulgares, cuando el peso cae es culpa de AMLO, pero si se recupera son factores externos. Es claro que sus argumentos son falsos, no saben economía o fingen demencia para beneficiar los discursos de la derecha.
Es completamente normal que una moneda que tiene un tipo de cambio flexible fluctúa a lo largo del tiempo; de hecho, la estabilidad de una moneda se evalúa en el largo plazo, por ello es que a la gráfica siguiente que muestra las fluctuaciones del tipo de cambio de nuestra moneda por sexenio, le hemos agregado una línea punteada que une los valores de inicio y fin de cada sexenio. Si la línea es inclinada hacia arriba (pendiente positiva) quiere decir que el peso se depreció, si es horizontal, el peso se mantuvo estable. Observamos que de los 5 sexenios que se presentan, sólo en el de AMLO el tipo de cambio es estable.
Elaboración propia con datos de Banco de México
Si bien es cierto que hay factores externos que influyen en el tipo de cambio, como la especulación, o el diferencial de tasas de interés; la moneda se ha mantenido estable por los fundamentos macroeconómicos. México tiene un desempeño relativamente mejor que Estados Unidos.
No obstante, en lo que resta del año, habrá varios eventos que influirán en nuestra moneda, por ejemplo: la toma de protesta y el inicio de trabajo del gabinete de Claudia Sheinbaum; la presentación del presupuesto federal 2025; las elecciones en Estados Unidos; el seguimiento de la guerra Rusia-Ucrania e Israel-Libano; incluso, el eventual inicio de una Tercera Guerra Mundial. A excepción de este último suceso, cuyas dimensiones no podríamos medir todavía, en el resto de los eventos la moneda fluctuará a la alza y a la baja, sabremos que tenemos buenos fundamentos cuando el tipo de cambio vuelva a su valor de equilibrio de largo plazo.
Así que, calma, que no cunda el pánico, ya sabemos que es normal que el peso fluctúe y que lo hará de forma muy dinámica en los últimos meses del año, pero ni llegará a 30 pesos, ni es recomendable comprar dólares. El equipo económico de Sheinbaum está apostando a la continuidad de las políticas actuales, por lo que no se espera una crisis sexenal. Sin embargo, sigamos atentos los acontecimientos bélicos que, al ser de naturaleza extraordinaria, ocasionarían una distorsión a la economía mundial. ¡Viva la Paz de todos los pueblos!
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras
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