Un grupo de científicos y tecnólogos demostró que la Inteligencia Artificial (IA) es capaz de autocorregirse y llegar a nuevas conclusiones mediante un proceso que denominaron “aprendizaje por pensamiento”. Los resultados de su investigación fueron publicados en la revista “Trends in cognitive Sciences” y aseguran que las IAs pueden emular formas de razonamiento humano en sus procesos de corrección y mejora.
Tania Lombrozo, profesora de sicología y codirectora de la iniciativa Mentes Naturales y Artificiales de la Universidad de Princeton, destacó que algunos de los grandes modelos lingüísticos, como ChatGPT, mostraron esta capacidad al corregirse sin intervención externa. Esto, según Lombrozo, es similar a cómo los humanos aprenden mediante la reflexión.
“A veces ChatGPT se corrige a sí mismo sin que nadie se lo diga explícitamente, eso es similar a lo que ocurre cuando las personas se dedican a aprender pensando”, detalló Lombrozo.
https://x.com/TaniaLombrozo/status/1836468243181256784
En el estudio, la profesora presentó varios ejemplos en los que tanto los humanos como la IA muestran este tipo de aprendizaje:
- Identificación de lagunas de conocimiento: Cuando una persona trata de explicar cómo funciona un microondas, puede darse cuenta de lo que no entiende, similar a cómo la IA mejora su respuesta al profundizar en un tema.
- Simulaciones mentales: Los humanos pueden crear imágenes mentales para prever el resultado de algún cambio, como la reorganización de muebles. De igual forma, los motores de simulación de la IA pueden predecir resultados basados en datos.
- Analogías morales: Descargar un software ilegal podría ser aceptable hasta que se compara con el robo de bienes físicos. La IA puede mejorar sus respuestas cuando se le pide que establezca analogías
- Razonamiento paso a paso: Al razonar sobre alguna situación compleja, como el hecho de que la fecha de cumpleaños de alguien sea un día bisiesto, los humanos llegan a conclusiones lógicas. Por su parte, la IA puede procesar razonamientos detallados que conducen a respuestas más precisas.
“Esto plantea la cuestión de por qué tanto las mentes naturales como las artificiales tienen esas características, o qué función cumple el aprendizaje por el pensamiento y por qué es valioso. Aprender pensando es una especie de aprendizaje a la carta”, concluyó Lombrozo.
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