Aunque muchos no “los pelan”, los simulacros sí sirven para actuar en un sismo real

Aunque muchos no “los pelan”, los simulacros sí sirven para actuar en un sismo real

Foto: Enfoque

Los simulacros de sismos son esenciales para prepararse y concientizar sobre cómo actuar durante un terremoto. Especialistas en el tema han resaltado su importancia y los han calificado como un método de prevención, ya que permiten llevar a cabo los procedimientos de seguridad, identificar posibles debilidades en los planes de emergencia y familiarizarse con las acciones a seguir en caso de un sismo real.

 

En México, después del terremoto del 19 de septiembre de 1985, se comenzaron a ejecutar simulacros de sismo como parte de las estrategias de preparación y respuesta ante desastres, pero fue hasta el 20 de marzo de 2010 que se llevó a cabo el primer Simulacro Nacional de Sismo, que contó con la participación de más de 20 millones de personas en todo el país.

 

Sin embargo, a pesar de que México ha vivido dos grandes terremotos y presenta una actividad sísmica continua debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico y en la intersección de varias placas tectónicas, aún hay personas que muestran desinterés en participar en este ejercicio, aprovechando el momento para hacer bromas, chistes o simplemente dejarse llevar por el momento y cumplir, o de plano, ni participar.

 

 

En el simulacro que se llevó a cabo este día en la capital poblana, fue posible observar a un gran número de personas participar activamente y cumpliendo con el acto protocolario al pie de la letra, entre ellos personal del Ayuntamiento de Puebla, trabajadores de los hoteles y restaurantes que se encuentran en la periferia del zócalo, así como personal de tránsito y seguridad pública.

 

Pero también hubo un grupo que prefirió no hacerlo y continuar con sus actividades normales, como si no pasara nada. Y aunque efectivamente no hubo un acto que lamentar, este puñado de ciudadanos —como turistas, transeúntes que casualmente caminaban por esa zona de la ciudad, automovilistas, algunos vendedores de la zona, voceros, comensales y alguno que otro encargado de comercios— se hicieron los desentendidos ante el sonido de la alerta sísmica y prefirieron no participar. Incluso, en ciertos momentos esbozaban una sonrisa burlona, dando a entender que esta actividad de poco o nada sirve.

 

Pero en Imagen Poblana no nos quedamos con la duda y acudimos a entrevistar a algunos de los participantes en este simulacro para conocer si creen que este ejercicio solo hace perder el tiempo a las personas y no sirve en caso de que se presente un sismo real.

 

En primer lugar, hablamos con Eleazar, quien vivió de cerca los daños que ocasionó el sismo de 2017, ya que su lugar de trabajo está ubicado en el centro histórico y por tal razón siempre está dispuesto a participar voluntariamente en los simulacros. "Sí es útil porque la situación que tuvimos fue difícil", expresó Eleazar, aunque reconoció que en un evento sísmico lo primero que aflora entre las personas es el pánico. "Pero a final de cuentas, pienso que sería peor si no hubiera nada", finalizó.

 

Por su parte, Mario aseguró que participa de forma voluntaria en este simulacro después de los sismos de 1985 y 2017. "Definitivamente hay que cooperar y sobre todo sabemos las situaciones que se vivieron en años anteriores; siempre hay que participar", comentó. Asimismo, dijo que llevar a cabo este tipo de acciones sirve mucho "porque la gente se da cuenta de la situación que debe prevalecer, y sobre todo, no alterarse y tratar de evitar los mayores daños posibles", concluyó Mario.

 

Finalmente, Josué dijo que participa voluntariamente en el simulacro, ya que además de ser un recordatorio de lo que puede suceder, le sirve como práctica para saber qué hacer en caso de presentarse un sismo. De igual forma, aceptó que los simulacros sí sirven para afrontar un sismo: "Todo ayuda, es como un juego que si no entrenas, puede haber una lesión. Esto es un entrenamiento que, en algún caso, ya sabemos a dónde venir".

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