Festejos patrios y exceso de basura, una combinación que nunca tendrá fin

Festejos patrios y exceso de basura, una combinación que nunca tendrá fin

Foto: Enfoque

La resaca de las fiestas patrias no solamente afecta a los ciudadanos que aprovecharon esta fecha para sacar a relucir su sentir patriótico; también las calles de la ciudad viven su propia "cruda", y es que, después de la algarabía, la gran mayoría de ellas amanecieron repletas de basura, producto de la quema de cohetes y la falta de cultura de la gente, que se muestra indolente ante este escenario, impactando de forma negativa al medioambiente.

 

A pesar del llamado de las autoridades y del peligro que esto representa, la quema de pirotecnia en esta y otras fechas se ha vuelto una tradición entre los mexicanos. Pero desafortunadamente también se ha vuelto una mala costumbre que la ciudadanía no tome conciencia del daño que genera no recoger la basura y dejarla en las calles, incrementando el problema en esta época con la temporada de lluvias y contribuyendo a que colapsen los sistemas de drenaje de la ciudad.

 

Pero si esto no fuera suficiente, hay que sumarle que para producir pirotecnia se mezclan neutralizantesoxidantes y aglomerantes, además del perclorato de sodio que da propulsión al cohete, los metales pesados que aportan el color y los aerosoles que producen la detonación. Estos elementos químicos, después de la explosión del cohete, quedan expuestos al aire libre, y al ser inhalados pueden ocasionar lesiones en el aparato respiratorio, además de lesiones dérmicas tanto para humanos como para las mascotas.

 

El impacto negativo al medioambiente por la quema de cohetes no se queda únicamente ahí, ya que cuando los fuegos artificiales explotan, se contamina el aire con gases venenosos que contribuyen a la lluvia ácida, a aumentar los gases de efecto invernadero y al agujero en la capa de ozono. Además, diversos estudios han señalado que los gases y el humo concentrados en cortos períodos de tiempo pueden disparar de manera severa los niveles de contaminación.

 

La quema de pirotecnia genera también un aumento en el nivel de material particulado en el aire, cuya composición incluye metales como sodio, potasio, cromo, manganeso, hierro, cobalto, zinc, arsénico, bromo, estroncio, antimonio, plomo, cesio, bario, titanio, vanadio y cobre. Además, se generan gases de efecto invernadero como ozonodióxido de carbono y dióxido de nitrógeno. En los cuerpos de agua y suelos cercanos a sitios de quema o de producción se ha estudiado que se genera un incremento de perclorato, que es un importante componente en la formulación de pirotecnia y está asociado a problemas de salud en la tiroides.

 

Además, otra de las consecuencias del perclorato de sodio es que, cerca de los cuerpos de agua, aumenta sus niveles normales, lo que provoca la muerte de los microorganismos y de la fauna acuática.

 

En cuanto a la contaminación acústica, la OMS aconseja que un sonido apto para la salud auditiva de las personas adultas sea de 65 dB. El estallido de un cohete puede alcanzar hasta 190 dB, rebasando tres veces el límite recomendado, por lo que los tímpanos de los bebés, al ser más vulnerables, están más expuestos a lesiones de oído.

 

Pero quienes más padecen las consecuencias de la contaminación acústica son los animales, puesto que sus oídos son más sensibles al ruido que los de los humanos. El fuerte estruendo suele provocar reacciones de pánico y angustia, lo que a su vez genera taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, temblores y, a veces, hasta la muerte.

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