Según una encuesta de la Asociación Estadounidense de Sicología (APA), casi la mitad de los padres de familia se sienten abrumadoramente estresados todos los días, en comparación al 25 % de las personas que no tienen hijos. Además, el 66 % de los padres informaron estar “consumidos por preocupaciones relacionadas con el dinero”, en contraste con el 39 % de los adultos que no tienen hijos.
Este problema fue declarado como un tema urgente de salud pública por el doctor Vivek Murthy, director de sanidad de Estados Unidos, debido a que el agotamiento físico y mental por el que atraviesan los padres puede llegar a deteriorar su salud y bienestar, afectando negativamente a sus hijos.
Lorena Ruda, licenciada en Sicología con especialización en crianza y orientación a padres, asegura que el estrés parental es un agotamiento constante en esta época. “El estrés parental puede entenderse como el agotamiento que viven los padres constantemente en una época en la que está bien visto el multitasking, y los adultos están todo el tiempo atados a las actividades de los chicos, los horarios de trabajo, la tareas en casa y las actividades propias”, comentó Ruda.
Además, señaló que en épocas anteriores era común que los hombres trabajaran fuera de casa mientras las mujeres se ocupaban de la crianza. Sin embargo, precisó que aunque hoy las tareas están más repartidas y las mujeres también trabajan fuera de casa, las exigencias se multiplicaron.
María Agustina Capurro, licenciada en Sicología con orientación Perinatal y Reproductiva, resaltó que el estrés parental es un fenómeno social con impacto clínico. “El estrés y el burnout parental derivado de las desafiantes tareas de compatibilizar vida laboral, presiones económicas, la ausencia de red y políticas que acompañen y sostengan la crianza y los cuidados es una realidad de esta época que es poco estudiada, pero tiene mucha presencia clínica y también en las calles”, aseguró Capurro.
Por su parte, el sicólogo y sexólogo Mauricio Strugo señaló que los padres de hoy están sumamente comprometidos con la crianza, lo que los lleva a un desgaste que se convierte en estrés crónico y provoca tensiones familiares, inclusive puede llegar a la separación con su pareja o el divorcio.
“Esta forma de vivir corriendo entre el colegio, el trabajo, las actividades propias, tratando de que todo esté listo para que todos se vayan a dormir temprano, con el fin de cerrar el día de la mejor manera posible, genera un desgaste que, al repetirse a diario, se convierte en estrés crónico, lo que finalmente provoca tensiones dentro de la familia e incluso separaciones y divorcios”, indicó Strugo.
Para solucionar esta problemática, Murthy sugirió que tanto los gobiernos, como las empresas y empleadores deben adoptar medidas que faciliten la flexibilidad que muchas veces requieren las necesidades de tener un niño al cuidado. Finalmente, destacó que la crianza de los hijos es una actividad en equipo que requiere el respaldo de la familia, amigos y una estructura social que reconozca su importancia.