En conferencia de prensa, Gerardo Cleto, presidente del Consejo para el Desarrollo del Pequeño Comercio y la Empresa Familiar, aseguró que únicamente 30 % (37,500 millones de pesos) de la derrama económica total (125,000 millones de pesos) por el regreso a clases llegará al comercio formal debido al ambulantaje y a las grandes cadenas comerciales que están absorbiendo cerca de 70 % de las ventas generadas durante esta temporada en la Ciudad de México.
Por su parte, Alberto Vargas, presidente del Movimiento Nacional del Contribuyente Social (Monacoso), aseguró que los mercados públicos son la mejor opción para los padres de familia que buscan productos a buen precio y que, pese a la falta de publicidad, han logrado mantenerse frente a las grandes cadenas comerciales y el comercio informal. Además, advirtió que los niños no necesitan productos de marca, sino productos de calidad que pueden adquirir con los pequeños negocios.
El presidente del Monacoso comentó que uno de los principales enemigos del comercio formal es la competencia desleal que los ambulantes plantean. Mientras a ellos les toca vender un cuaderno a 20 pesos, el comercio informal lo puede vender a 18 pesos, y ni la Profeco ni la Secretaría de Desarrollo Económico hacen nada al respecto.
Cleto aseguró que la derrama económica total en el regreso a clases es de 125,000 millones de pesos en el periodo de mediados de agosto a mediados o finales septiembre. Sin embargo, los pequeños comerciantes observaron que año con año el gasto de los padres de familia es más pequeño, lo que se traduce en pérdidas de empleos, menores ventas en negocios pequeños y locales cerrados.
Tras consultar negocios de papelerías y librerías, en esta temporada llegaban a tener hasta un 200 % de la venta normal, hoy únicamente llega al 50 % de la venta normal, resultado en pérdidas del 150 %. Vargas instó a no consumir productos chinos, los cuales invadieron el mercado de los útiles escolares con productos de mala calidad a precios mucho más bajos que los que el comercio formal puede ofrecer.
En cuanto al ahorro de los padres de familia, las prácticas conocidas son el reciclaje de libretas, así como el heredar uniformes escolares; sin embargo, esto es en menor medida con los alumnos de primeros años. Otra práctica concurrida, aunque afecta directamente a la industria literaria, es la venta de copias de libros.