Este 26 de agosto se conmemora el Día Internacional Contra el Dengue, una afección presente en todo el mundo y que suele estar rodeada de mitos sobre sus factores de riesgo. A raíz de la temporada de lluvias que ha azotado a México en los últimos meses el país registra un prominente número de casos de dengue, una enfermedad que se transmite principalmente por la picadura de mosquitos.
Durante el Día Internacional Contra el Dengue se pretende concientizar a la gente sobre las acciones que se deben tomar para evitar la propagación de esta enfermedad que afecta a todos los sectores de la población. La iniciativa surgió por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ante el riesgo que supone la enfermedad y la facilidad con la que se propaga, pues sólo hace falta un ambiente poco limpio para su proliferación.
Existen múltiples factores de riesgo que facilitan tanto la propagación de la enfermedad como la reproducción de los mosquitos que la transmiten. Una de las creencias más arraigadas es que está es una enfermedad propia de los ambientes más marginados y que, por ende, afecta principalmente a las personas más vulnerables, aunque esto no es necesariamente cierto.
Los factores de riesgo del dengue
El dengue es una enfermedad vírica que se transmite por la picadura de mosquitos de las especies Aedes aegypti y el Aedes albopictus, aunque a diferencia de otras transmitidas por animales, no se considera una zoonosis. Esta no tiene distingo al momento de infectar, ya que suele afectar a niños, recién nacidos lactantes, jóvenes y adultos, lo que supone un riesgo al que todos están expuestos.
Una de las creencias más arraigadas en torno a esta enfermedad es que se da especial y únicamente durante las temporadas de lluvias y dónde no se tienen ambientes limpios. En tal sentido, se dice que quienes más se ven afectados por el dengue son las comunidades más marginadas, aunque esto no es el único factor de riesgo.
En primer lugar, se deben considerar las condiciones geográficas del lugar, ya que el dengue tiende a proliferar más en las áreas tropicales y subtropicales, donde el clima es óptimo para la reproducción de los mosquitos que son vectores. Las principales regiones donde se da son en los países de Latinoamérica y el Caribe, África y Asia, donde los mosquitos proliferan sin inconveniente.
Una coincidencia en estos lugares es que muchos países son de bajos recursos, lo que hace más difícil el combate al dengue. Las comunidades con bajos ingresos y acceso limitado a servicios de salud y saneamiento están en mayor riesgo, toda vez que no implementan medidas para el control de mosquitos y la atención médica oportuna y adecuada de quienes ya están contagiados, lo que facilita la propagación del virus.
Por otra parte, está el clima que, en combinación con la región, fomenta y acelera el surgimiento del dengue. Las temperaturas cálidas, la humedad y las lluvias, que en algunos países se alargan por meses, son el ambiente idóneo para los moscos. Esto se agrava si se forman encharcamientos y no se vacían, pues ahí es donde estos insectos se reproducen a un ritmo acelerado.
Otro factor a considerar es la actividad humana, ya que somos los principales difusores de la enfermedad. Por ejemplo, un viajero que pasa tiempo en una región donde el dengue es endémico, es susceptible de contraer el virus y llevarlo a otro lugar sin darse cuenta, por lo que se generan nuevos focos de infección.
Algo de lo que casi no se habla es la inmunidad previa que deriva en cuadros más graves de la enfermedad. Existen diferentes tipos de dengue que contagian a humanos, pero el hecho de contraer uno y curarse, lejos de ayudar con futuras infecciones, genera una inmunidad parcial que puede agravar la enfermedad si se contrae nuevamente por una variante distinta.
Además, están los factores que rodean a la salud desde varios sentidos, como lo pueden ser el estado de una persona y el sistema de salud a los que tiene acceso. Una persona con defensas bajas puede desarrollar un cuadro más complicado, esto se da especialmente en quienes tienen enfermedades previas, como la diabetes o hipertensión, ya que llevan a un desenlace fatal en el grueso de los casos.
En cuanto al sistema de salud, los países en vías de desarrollo suelen tener pocos recursos y un número reducido de hospitales o clínicas donde pueden llevar a sus pacientes. Es por esto que, por lo general, tienen tasas de mortalidad más elevadas que el resto, pues en muchos casos sus pacientes no van a un hospital o en caso de hacerlo, pasan varios días y la enfermedad deviene en cuadros graves.
Finalmente está el cambio climático, ya que este fenómeno mundial modifica las zonas de distribución de los mosquitos, lo que les da la capacidad de llegar a nuevas áreas. El aumento desmedido de las temperaturas y las alteraciones en las estaciones del año, hacen que el dengue tenga periodos de tiempo más extendidos y climas ideales para sus propagadores, los mosquitos.