Los incendios causados por fallos eléctricos son una amenaza que puede surgir en cualquier momento, destruyendo propiedades y poniendo en peligro vidas en cuestión de minutos. Este tipo de incendios pueden comenzar sin dar señales, lo que los convierte en un riesgo silencioso pero mortal en nuestras casas y lugares de trabajo.
El desgaste de los cables, las instalaciones antiguas y el mal uso de los dispositivos eléctricos, son factores que contribuyen a causar fallos peligrosos si no se detectan a tiempo. Es importante verificar que el cableado eléctrico no esté en mal estado para evitar tragedias.
Uno de los primeros indicadores de peligro es el estado del aislamiento de los cables. Si este está dañado, los cables internos pueden quedar expuestos, lo que aumenta el riesgo de contacto con superficies inflamables y provocar incendios. Además, el contacto directo con cables expuestos puede causar choques eléctricos graves.
Otro signo de advertencia es la sobrecarga de enchufes y conectores. Tener conectados muchos dispositivos en un solo enchufe o usar cables de extensión para aparatos de alta potencia puede sobrecalentar el cableado, fusionando el aislamiento y causando un incendio. Para prevenir esta situación, se recomienda verificar que el enchufe no esté caliente, emite un olor a quemado o muestra decoloración.
El olor a plástico quemado es un indicador claro de un problema eléctrico grave. Este olor indica que un cable se está sobrecalentando y que su aislamiento podría estar derritiéndose, lo que podría ser la antesala de un incendio. Ante cualquier señal de este tipo, es esencial cortar la energía y buscar la ayuda de un profesional.
Las chispas o cortos circuitos son señales de que algo anda mal. Las chispas se producen cuando los conductores internos de un cable dañado entran en contacto entre sí, lo que puede encender materiales cercanos. Los cortos circuitos desvían la corriente eléctrica, causando sobrecargas y potencialmente explosiones.
Si un aparato eléctrico funciona de manera irregular, se apaga sin razón o hace ruidos inusuales, esto podría indicar un problema con el cableado. Estas señales no deben ignorarse, ya que pueden indicar un sobrecalentamiento peligroso.
Finalmente, es importante recordar que los cables eléctricos, como cualquier otro material, se deterioran con el tiempo. Si el cableado tiene más de 20 años, o está expuesto a condiciones de humedad o calor, es probable que necesite una revisión de un profesional.