La viruela humana fue una de las enfermedades más temidas del mundo y se calcula que, solo en el siglo XX, provocó unas 500 millones de muertes. Era una infección altamente contagiosa causada por un virus que se transmitía principalmente por la inhalación de las gotas que exhalaba por la nariz o boca una persona contagiada. En la actualidad, se trata de una enfermedad erradicada gracias a la vacunación.
En la actualidad, otro tipo de viruela ha acaparado los reflectores, comenzando a alertar al mundo y, aunque es poco común, puede tener complicaciones graves en algunos casos.
El mpox, conocida como viruela del mono, es una enfermedad zoonótica viral que se transmite de animales a humanos y también de persona a persona. Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, dolores musculares, dolor de espalda, poca energía, ganglios linfáticos inflamados y erupciones o lesiones en la piel.
Los síntomas de la viruela común incluían fiebre y fatiga y, después, la enfermedad producía una característica erupción en la piel con pústulas que formaban cicatrices y dejaban, a los que lograban sobrevivir, con terribles desfiguraciones. No obstante, después de al menos 3,000 años en los que esta infección estuvo presente en el mundo, la viruela fue oficialmente declarada erradicada por la Organización Mundial de la Salud en 1980.
La viruela del mono comienza con dolor de cabeza, dolores musculares, fiebre y agotamiento; síntomas similares, pero más leves que los de la viruela común. La diferencia más notable es que en la mpox se inflaman los ganglios linfáticos, lo que no sucedía en los casos de viruela.
En cuanto a la peligrosidad de ambas enfermedades, la viruela común era una enfermedad muy contagiosa y grave que causaba miles de muertes antes de ser erradicada. Por otro lado, la viruela del mono es una enfermedad poco común y, en la mayoría de los casos, los síntomas son leves y desaparecen solos en unas pocas semanas. Afortunadamente, la viruela símica es mucho menos mortal que la humana. Asimismo, la mpox es mucho menos contagiosa o propensa a propagarse y mucho menos probable que sea mortal. Sin embargo, en algunos casos puede ser grave y requerir atención médica inmediata.
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Se estima que cerca de tres de cada 10 personas que padecieron viruela antes de que esta fuera erradicada, murieron; con la viruela del mono se ha registrado la muerte de una de cada 10 personas que contraen la enfermedad, un porcentaje significativamente menor.
El período de incubación en los casos de viruela iba de 7 a 19 días, aunque en promedio ocupaba de 10 a 14, mientras que en la viruela del mono es un poco menor, si bien puede ir de 5 a 21 días, lo más común es de 7 a 14.
La viruela común se propagaba cuando las personas contagiadas tosían o estornudaban, también las costras de las lastimaduras y el líquido de las llagas contenían el virus, por lo que podían ser una fuente de transmisión directa o por materiales contaminados como la ropa de vestir o de cama.
En el caso de la mpox, se transmite primariamente a través de gotas respiratorias, lo que implica un contacto prolongado cara a cara entre la persona que tiene el virus y la que no. También el vínculo directo con el virus a partir de fluidos corporales o lesiones, así como indirecto a través de la ropa, puede propagar la enfermedad.
En el caso de la viruela del mono, la transmisión de animal a humano puede ocurrir por mordeduras o arañazos, por la preparación de carne de animales silvestres, el contacto directo con fluidos corporales o lesiones o el contacto indirecto, mientras que la viruela común, solo se transmite entre humanos.
Actualmente no hay tratamiento contra la infección por el virus de la viruela del mono. La OMS dice que si bien hay una vacuna aprobada para la prevención de la mpox y la vacuna tradicional contra la viruela también brinda protección, estas vacunas no están ampliamente disponibles y las poblaciones de todo el mundo menores de 40 o 50 años ya no se benefician de la protección brindada por los programas anteriores de vacunación contra la viruela.
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De igual forma, la OMS asegura que los brotes sí se pueden controlar ya que la vacuna antivariólica ha demostrado una eficacia del 85 % para prevenir la viruela símica. Sin embargo, tras la erradicación mundial de la viruela en 1980 la producción de la vacuna se suspendió y ya no está accesible al público.
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