Imágenes con IA, ¿cómo detectar cuando una fotografía es falsa?

En los últimos años, las inteligencias artificiales (IA) han ganado terreno en todos los ámbitos de la vida, desde la creación de textos, hasta su uso en la medicina y el análisis de datos. Uno de los fines más comunes que le da la gente es la creación de imágenes con un aspecto realista que en ocasiones se torna difícil de diferenciar de una fotografía o ilustración real hecha por un humano.

Programas como DALL-E, Meta AI, Stable Diffusion y, en lo más reciente, Grok el chatbot creado por la red social X, son capaces de generar todo tipo de imágenes a partir de un texto. El caso de Grok es distinto al resto de las plataformas, ya que por lo usual, las demás tienen ciertas restricciones y filtros, pero esta, disponible para usuarios de X Premium, no cuenta con ningún tipo de limitación.

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Los usuarios que tienen acceso a esta herramienta la usan para crear todo tipo de contenido, desde Donald Trump disparando armas, hasta el dueño de la empresa, Elon Musk, declarándose como pedófilo. El potencial de este generador de imagen apenas comienza a verse, pero rápidamente se suma a las otras aplicaciones con la misma capacidad de concebir imágenes apenas discernibles de lo falso.

Aunque pueda sonar inofensivo, este tipo de contenidos da pie a la difusión de información falsa, esto gracias al realismo que las plataformas imprimen a sus creaciones. Este riesgo se incrementa más en las personas que no saben o no tienen forma de diferenciar una imagen creada a partir de IA, de una fotografía o de un dibujo real, hecho por un humano.

¿Cómo diferenciar una imagen hecha con IA?

Si bien hay demasiadas imágenes con un aspecto hiperrealista generadas con IA, aun esas tienen ciertos rasgos que, observándolos minuciosamente, para la delatan su falsedad. Aunado a esto, también hay páginas en las que cualquier persona puede subir una imagen y esta en automático detecta si se trata de un producto de IA o algo hecho por manos humanas.

Una forma de saberlo es usando el buscador de imágenes de Google, pues con este se puede saber si un contenido fue subido antes a internet o si es la primera ocasión que alguien lo carga. Esto también ayuda a detectar cómo la catalogan en otros sitios, es decir, si ya la han desmentido o si han verificado su autenticidad y la fuente de la imagen en cuestión.

Por otra parte, hay algunos generadores de imágenes que, para dar el servicio, dejan una marca de agua en sus creaciones, a veces muy grande y visible, pero en otras apenas se ve, pero que igual delata a la IA. Otras simplemente exhiben errores que evidencian la falsedad de la imagen, tales como la mala combinación de colores o bordes pixeleados que son propios de una ilustración computarizada.

Sin embargo, la mejor forma para encontrar los errores de una imagen falsa es con los detalles que no son visibles en apariencia. Por ejemplo, en muchas plataformas al momento de generar personas, estas suelen ir con defectos como dedos extras, demasiados dientes, rostros mal formados y objetos fuera de lo común, como perros de dos cabezas, por mencionar algunos.

Respecto a las plataformas que sirven para detectar IA, una de las más conocidas es Hive Moderation, una página que analiza texto, imágenes e inclusive audio para ver si se trata de algo real o de una creación. De igual forma, está Winston IA, otro detector que escanea las creaciones de los programas más avanzados, tales como Midjourney, DALL-E, Stable Diffusion, Meta AI u otras de gran capacidad.

Otra plataforma es Fake Image Detector, un detector que se vale de herramientas como el análisis de metadatos y de ELA, es decir, del nivel de error en la creación de una imagen. Finalmente, está Is It AI, otro software enfocado en la detección de imágenes falsas que, al igual que las anteriores, revisa características “inusuales” de un posible contenido hecho con herramientas digitales.

Otra forma es mediante el análisis de los metadatos, que como se mencionó, sirven para rastrear el origen de una imagen. Los metadatos se refieren a los datos que se forman a raíz de otros datos, es decir, describen la información que contiene un archivo en su interior, lo que da cuenta de los procesos por los que ha pasado, entre otras funciones.

En esencia, los metadatos son bases que contienen información estructurada que detalla el contenido, calidad y características de un elemento, que puede ser desde una página web completa, hasta una imagen. También sirven para la estandarización de documentos, pues con ellos se identifican errores e inconsistencias que facilitan su manejo y compatibilidad.

En este sentido, todo el contenido de internet deja un rastro de datos, una metadata, que es la que se utiliza para detectar el origen de una imagen. Estos se pueden revisar directamente en la imagen desde el ordenador, o bien, a través del sitio web donde está publicada, pues en ambos casos se exhibe si está fue generada por un programa de IA o es de otra fuente.