El latente y mortal peligro de usar fármacos como drogas recreativas

El latente y mortal peligro de usar fármacos como drogas recreativas

Foto: Freepik

La muerte del actor Matthew Perry, quien alcanzó la fama por interpretar al personaje de Chandler Bing en la serie “Friends”, en octubre de 2023, causó gran revuelo después de que fuera encontrado flotando boca abajo en la piscina de su casa en Pacific Palisades. La autopsia reveló que el actor murió a consecuencia de los efectos agudos de la ketamina.

 

La ketamina se utiliza como droga recreativa y también con fines médicos. Como sustancia recreativa, puede hacer que una persona se sienta desconectada de la realidad, como si estuviera en un estado de ensueño. En la medicina, se utiliza como medicamento de acción corta para sedar a una persona o a un animal. También se ha utilizado de forma no autorizada para tratar el dolor crónico relacionado con el cáncer o las migrañas. Además, estudios han encontrado que es muy prometedora en el tratamiento de la depresión grave, la ansiedad y las ideas suicidas.

 

Pero al igual que la ketamina, en la actualidad hay diversos medicamentos que se han convertido en un tipo de droga para consumo recreativo.

 

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Sin duda alguna, el fentanilo se ha posicionado como una de las principales drogas que ha causado miles de muertes en todo el mundo. El fentanilo es un potente opioide sintético que se utiliza como medicamento para tratar el dolor severo, especialmente en pacientes con cáncer o lesiones graves.

 

Sin embargo, los narcotraficantes están utilizando el fentanilo para aumentar la potencia y el valor de sus drogas. Es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina y puede ser letal en dosis muy pequeñas. A menudo se vende como "heroína" o "cocaína" y puede ser mezclado con otras drogas, lo que aumenta el riesgo de sobredosis.

 

Otro medicamento que ha sido utilizado como consumo recreativo es la morfina, una sustancia sicoactiva proveniente del opio que actúa como agente depresor del sistema nervioso, generando una disminución de la actividad cerebral. La morfina es uno de los analgésicos más potentes que se conocen, ya que provoca la ausencia de la percepción del dolor, por lo que es muy útil a la hora de tratar enfermedades graves como cánceres, infartos o postoperatorios de cirugías complejas.

 

Pero al igual que con otros opiáceos, la morfina provoca una respiración lenta, baja frecuencia cardiaca, estreñimiento, euforia y picores. Un exceso de morfina puede producir pérdida del conocimiento, paro cardíaco, asfixia debido a la falta de respiración, coma y muerte. Cuando se dejan de consumir opiáceos como la morfina, los efectos incluyen no solo esos síntomas de enfermedad causados por la droga, sino también fuertes ansias por más cantidad de la droga. Estas ansias anulan la capacidad de tomar decisiones racionales, al punto de que la persona puede haber adquirido más droga incluso antes de saber lo que pasó.

 

La codeína es otro medicamento que ha sido utilizado, principalmente por los jóvenes, con fines recreativos. Clínicamente se usa para aliviar el dolor leve o moderado en personas que previsiblemente necesitarán un analgésico opioide y que no pueden ser tratadas con otros analgésicos. También se usa en combinación con otros medicamentos para aliviar temporalmente la tos causada por el resfriado común, la gripe u otras afecciones en adultos. La codeína ayuda a aliviar los síntomas, pero no trata la causa de los síntomas ni acelera la recuperación. La codeína pertenece a una clase de medicamentos llamados analgésicos opioides (narcóticos) y a una clase de medicamentos llamados antitusivos.

 

 

Pero en diversas partes del mundo, lo que hacen los jóvenes ahora es mezclar jarabe para la tos con codeína con algunas bebidas como el Spritey, además, añaden golosinas, lo que le proporciona a la bebida ese popular color morado, llamado purple drank. La codeína provoca agitación, alucinaciones, fiebre, sudoración, confusión, ritmo cardíaco acelerado, temblores, espasmos o rigidez muscular intensa, pérdida de coordinación, náuseas, vómitos o diarrea, falta de apetito, debilidad o mareos.

 

La hidrocodona es un medicamento que se prescribe principalmente para el alivio del dolor agudo y crónico en diversas condiciones médicas. Es comúnmente utilizada después de cirugías, procedimientos dentales, lesiones traumáticas y para tratar el dolor relacionado con enfermedades crónicas como el cáncer o la artritis. Al tener la capacidad de unirse a los receptores opioides en el cerebro y la médula espinal, la hidrocodona altera la percepción del dolor, proporcionando un alivio eficaz para los pacientes que experimentan incomodidad significativa.

 

Pero al igual que otros opioides, la hidrocodona es utilizada como droga, teniendo un importante potencial adictivo, genera un efecto placentero de “felicidad”, así como una sensación agradable que hasta puede llegar a la euforia. Todo eso hace que se vuelva una sustancia adictiva y que se convierta en una droga. Además, la hidrocodona también presenta algunos efectos propios de la heroína, otro opiáceo semisintético que también es una de las drogas más adictivas.

 

El metilfenidato es un medicamento que se utiliza para tratar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y la narcolepsia. Es un estimulante del sistema nervioso central que ayuda a aumentar la concentración, la atención y el control de los impulsos. Es un medicamento controlado; sin embargo, ha sido utilizado de manera recreativa, lo que puede llevar a la adicción y a graves problemas de salud.

 

El metilfenidato es conocido como la "cocaína de los pobres" por sus efectos casi idénticos. Es un medicamento sicoestimulante parecido a las anfetaminas y cada vez hay más gente que lo consume a espaldas de los médicos. Es un medicamento legal, pero mal utilizado es un sucedáneo de la cocaína, mucho más barato y fácil de conseguir. Algunos de los efectos secundarios más comunes son problemas de sueño, disminución del apetito, pérdida de peso, aumento de la presión sanguínea, mareos, dolores de cabeza y estomacales, irritabilidad y mal humor cuando desaparece el efecto del medicamento, además de nerviosismo. También provoca principalmente los efectos secundarios de las anfetaminas como taquicardia, ansiedad y contractura de mandíbula. El abuso de esta droga pone mucha presión sobre el cuerpo y tensión sobre el corazón, lo que puede resultar fatal.

 

Estos son solo algunos ejemplos de cómo los medicamentos terminan siendo utilizados como drogas recreativas. Desgraciadamente, existe un número importante de fármacos que se comercializan en el mercado sin la necesidad de una prescripción médica, lo que puede generar graves problemas para la salud del consumidor, quien puede terminar con su vida.

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