El 28 de octubre de 2023, el mundo del entretenimiento se sacudió tras la muerte del actor Matthew Perry, famoso por su papel como Chandler Bing en la serie “Friends”. Sin embargo, detrás de su muerte se esconde una compleja y preocupante historia de abuso de drogas, negligencia y una red de conspiración que involucra a varios individuos, entre los que se incluyen médicos, distribuidores y su asistente personal.
El día de su muerte, Perry había recibido varias inyecciones de ketamina, una droga potente que se utiliza tanto como anestésico en la medicina veterinaria como tratamiento alternativo para la depresión y otros trastornos mentales. Según los documentos judiciales, su asistente personal, Kenneth Iwamasa, administró la primera inyección cerca de las 8:30 de la mañana, cuatro horas más tarde, el actor le solicitó otra inyección mientras veía una película, y menos de una hora después, Perry le solicitó una tercera dosis: “Inyéctame uno grande”, además pidió que le preparara su jacuzzi.
Tras administrar la tercera dosis, Iwamasa tuvo que salir a cumplir unos recados, pero al regresar, encontró a Perry flotando boca abajo en el agua, sin vida. Según los documentos, el asistente no solo administró las inyecciones, sino que también se involucró en la adquisición ilegal de la droga, siendo cómplice del doctor Salvador Plasencia, otro médico acusado en el caso.
Five people have been arrested in connection to Matthew Perry’s death, including his assistant and two doctors.
— Pop Base (@PopBase) August 15, 2024
They are said to be part of a “broad underground criminal network” that supplied ketamine to Perry and others and “took advantage of his addiction issues to enrich… pic.twitter.com/9qsqUkQ67k
El caso de Perry pone en evidencia un sistema corrupto en el que varias personas se vieron beneficiadas con la adicción del actor. Durante las semanas previas a su muerte, Perry, que había luchado durante años contra su adicción, se volvió cada vez más dependiente de la ketamina. Luego de que sus médicos se negaran a aumentar su dosis, el actor buscó desesperadamente fuentes ilegales para conseguir la droga.
Además de Iwamasa, dos médicos, un distribuidor y un conocido que actuó como intermediario están implicados en el caso. Los documentos judiciales revelaron cómo estos individuos, conscientes del peligro que representaba el consumo abusivo del actor, continuaron suministrándole la droga por interés económico. En uno de los mensajes de texto presentados como evidencia, un doctor identificado como Plasencia, se refirió a Perry como “un imbécil” mientras especulaba cuánto dinero podría obtener de él.
La investigación se prolongó durante siete meses y llevó a varios de los implicados a aceptar acuerdos de culpabilidad. Los acusados también enfrentan severas penas de prisión, mientras que las autoridades recalcan que estos individuos no sólo traicionaron la confianza de Perry, sino que también lo llevaron a su muerte.