La situación política en Venezuela captó la atención internacional, generando tensiones entre diversos países debido a los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio. Estados Unidos, en particular, fue intenso con la demanda de transparencia y respeto a los derechos humanos en el país sudamericano, mientras México, en conjunto con Brasil y Colombia, adoptaron una postura de mediación, buscando una resolución pacífica y respetuosa de la soberanía venezolana.
La conversación entre el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y la embajadora mexicana, Alicia Bárcena, refleja las tensiones y el papel de México en la búsqueda de una solución diplomática. Durante la llamada, Blinken insistió en la necesidad de que el régimen de Nicolás Maduro publique actas detalladas e inalteradas de los votos correspondientes a las elecciones presidenciales, algo que México también propone.
Además, expresó preocupación por los abusos a los derechos humanos que se produjeron tras las elecciones, incluyendo arrestos arbitrarios y detenciones indiscriminadas de ciudadanos que protestan contra los resultados. Estados Unidos dejó clara su postura en diversas ocasiones: la administración de Joe Biden, a través de la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, instó a Maduro a reconocer la victoria de Edmundo González Urrutia.
En ese sentido, Estados Unidos refiere: quien obtuvo la mayoría de los votos en los comicios fue González. Ante ello, Jean-Pierre subrayó que la responsabilidad de reconocer los resultados recae en las autoridades venezolanas, exigiendo transparencia en la divulgación de los resultados. Sin embargo, la postura de México permaneció inalterada con Brasil y Colombia, el gobierno mexicano emitió dos comunicados en donde aboga por una resolución pacífica de la crisis en Venezuela y por la divulgación transparente de los resultados electorales.
Por otro lado, México reiteró el respeto por la soberanía y la voluntad del pueblo venezolano, resaltando que cualquier solución debe surgir desde dentro del país. Es por ello, la llamada entre Blinken y Bárcena generó grandes expectativas, especialmente considerando el papel de México como mediador en la crisis. Sin embargo, la conversación no modificó la posición de México, que sigue abogando por un diálogo inclusivo liderado por los propios venezolanos, en contraste con la postura más directa de Estados Unidos.
No obstante, una publicación en X de Vedant Patel, portavoz adjunto de Blinken, reiteró la importancia de una contabilidad transparente de los resultados de las elecciones. Asimismo, elogió los esfuerzos de México para promover el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Venezuela. A pesar de las diferencias, ambos países siguen comprometidos en colaborar para encontrar una solución que respete la voluntad del pueblo venezolano y restablezca la democracia en el país. (Notipress)
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