Una larga carrera de 59 años cobrando del dinero de los pagaimpuestos llegará a su fin el último día de septiembre próximo: La de Manuel Bartlett, quien se inició como secretario auxiliar del entonces presidente del CEN del PRI, el morelense Lauro Ortega Martínez.
Deja la dirección general de la Comisión Federal de Electricidad y se irá a alguna de sus 25 casas o, quizá, a levantar una palapa en sus vastos terrenos playeros de Quintana Roo.
Sin haber trabajado nunca en la iniciativa privada, la política lo enriqueció en su trayectoria como dirigente partidista, secretario del Despacho Presidencial, gobernador de Puebla –aunque nació en Veracruz--, varias veces legislador y ahora en su cargo de la CFE, donde su actual compañera se encargaba de llevar a cabo grandes negocios como el del aseguramiento de las instalaciones, por ejemplo.
Su sucesora, Emilia Esther Calleja, parece ser una buena decisión de Claudia Sheinbaum, toda vez que lleva años desempeñando todo tipo de cargos en la Comisión a la que conoce al dedillo. Hará buena química con la próxima secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar.
Contrasta con Bartlett quien como antecedente en la materia tenía el ser yerno virtual del propietario de una tienda de materiales eléctricos en la Angelópolis.
Se va Bartlett. Se lo lleva el tren del segundo piso de la Cuarta Transformación.
“¡Chu, chu, chú!”, como él mismo dijera alguna vez.
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Donde no habrá permeabilidad es en el gabinete de la próxima Presidente.
Sheinbaum no va a dar oportunidad de ascenso a los más notables miembros de su partido. Ni de sus satélites PVEM y PT.
Va a reciclar a los gobernadores que están próximos a dejar sus encargos en la próxima Administración federal. Muchos de ellos dejando muchos pendientes y malas cuentas a sus ciudadanos, aunque eso sí muy buenas en las urnas del 2 de junio.
“Todos los compañeros que están dejando sus gobiernos estatales van a participar en el gobierno federal, los he invitado. Es el caso de Martí (Batres), es el caso del gobernador de Chiapas, de Tabasco, de Veracruz. El gobernador de Morelos queda de diputado, es diputado en la lista, y el Gobernador de Puebla también lo he invitado a participar, y ya se los vamos a informar pronto en dónde he platicado con ellos y que ya están trabajando en sus distintas áreas”, anunció Sheinbaum ayer en su conferencia de prensa.
¿No hay más morenistas?
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En Palacio Nacional tienen un machote con las firmas de todos los gobernadores surgidos de las filas de Morena y de los testículos de López Obrador.
Lo publican para todo tipo de ocasiones. Lo mismo para felicitar al presidente que para dar apoyo a medidas que el tabasqueño ordena a sus sumisos legisladores que le aprueben “sin quitarle ni una coma”.
Dicho machote fue vuelto a publicar en estos días, ahora para brindar soporte político al sinaloense Rubén Rocha Moya, tal y como AMLO y Claudia Sheinbaum lo habían hecho el fin de semana.
¿Apoyo?
Vuelta al clásico: “Sólo se apoya lo que está débil”.
Y sí, la situación de Rocha Moya es harto endeble.
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Mal, muy mal, que el PRI del recién reelecto Alejandro Moreno Cárdenas adopte prácticas bolcheviques en contra de aquellos que le critican.
Ayer se anunció que por considerar que “sus acciones han atentado de manera significativa contra la unidad ideológica, programática y organizativa” de ese partido los próximos senadores decidieron que el sonorense Manlio Fabio Beltrones no pertenecerá a su bancada.
No sólo eso. También que su expulsión de las filas priistas está en proceso de concretarse.
Si siguen las “purgas”, pronto el llamado “Alito” se quedará sin militancia.
@AndySKBrown1
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