El movimiento tradwife es un fenómeno cultural contemporáneo que enfatiza la adopción de roles de género y dinámicas matrimoniales tradicionales. Aunque tuvo su máximo auge en redes sociales en 2018 y se intensificó en 2020, en los últimos tiempos, ha vuelto a ganar popularidad gracias especialmente a plataformas como TikTok e Instagram.
En los últimos días, la influencer RoRo revolucionó las redes sociales debido al contenido de sus vídeos. En ellos, esta joven se dedica a cocinar y preparar platos que le ha pedido su novio, algo que ha traído a la luz el término tradwife. Con la pandemia, este tradlife se extendió como un estilo de vida que glorifica el modelo de familia tradicional y cuestiona el posmodernismo o el mismo sistema capitalista actual.
Las tradwifes se caracterizan generalmente porque creen en la división tradicional de roles de género, la mujer como ama de casa y cuidadora del hogar, mientras que el hombre es el proveedor económico. Además, la mujer debe obedecer y respetar a su marido, mientras que la educación de los niños debe ser responsabilidad principal de la madre. Incluso suelen vestirse con ropa de estilo retro y decorar sus hogares de manera tradicional.
Esta "nueva" tendencia ha generado mucha polémica, ya que significa volver a la forma de vida y estética de los años 50, en la cual las mujeres rechazan la igualdad de derechos entre ambos sexos y deben someterse al marido.
En un sondeo llevado a cabo por Imagen Poblana, pudimos comprobar que en Puebla esta tendencia no es vista con buenos ojos entre las mujeres, ya que aseguran que en la actualidad tanto mujeres como hombres tienen los mismos derechos y obligaciones en casa y en el ámbito laboral. Además, desecharon la idea de que la mujer regrese únicamente a cumplir las labores del hogar y deje de lado su crecimiento personal y la oportunidad de desarrollarse laboral y económicamente.
Lizeth, una joven emprendedora, expresó que debe prevalecer la igualdad tanto en hombres como en mujeres, "tampoco creo que la mujer deba encerrarse en su casa y no buscar qué hacer o trabajar". Y aunque dijo que cada mujer es diferente y se enfoca en lo que quiere para ella como para su pareja, definitivamente descartó seguir esta tendencia. "Desde mi perspectiva, no estaría en la casa y tampoco atendería a un 100 % al hombre; sí un 50-50 %, pero a un 100 % no me dedicaría a él, no estoy de acuerdo en eso", comentó.
Dijo que la esposa moderna desempeña muchas actividades y no únicamente en el hogar. "En la actualidad trabajamos, ya sea como empleadas, emprendedoras, encargadas o funcionarias. Hoy tenemos las mismas oportunidades de trascender como para que regresemos a la casa a solo cumplir con labores del hogar", agregó.
De igual forma, Daniela se pronunció en contra de esta tendencia, mencionando que tanto hombres como mujeres tienen habilidades y capacidades que pueden desempeñar en la vida cotidiana. Pero exaltó la capacidad de la mujer en la actualidad, mencionando que desarrollan muchas actividades en un solo día.
"Las mujeres son capaces de hacer muchas cosas, pueden trabajar, pueden ver a sus hijos, a la vez pueden ir al gimnasio y hacer cosas que le divierten, sin tener que seguir las reglas que antes se venían siguiendo", comentó.
Daniela dijo que hay límites y que cada persona debe saber cuáles son y hasta dónde puede llegar. "Esa tendencia me parece un 'poquito muy' elevada, siento que yo no podría definitivamente hacer tanto por alguien", agregó.
Sin duda, es un movimiento que ha generado controversia por su oposición a varias ideas como el feminismo, la igualdad de género o la independencia económica de la mujer. Quienes se oponen a él acusan a las mujeres que lo llevan a cabo de promover roles de género rígidos y perpetuar la idea de la mujer como subordinada del hombre. Por el lado opuesto, quienes lo practican defienden su derecho a elegir su propio estilo de vida y aseguran que no se oponen al feminismo, sino que buscan una forma alternativa de vida en la que se valore y se destaque la familia y el hogar.