Plaga de moscas, un efecto más del cambio climático

Plaga de moscas, un efecto más del cambio climático

Foto: FreePik

A través de las redes sociales, cientos de usuarios han reportado una "invasión" de moscas en diversos estados de la república, así como en otros países. Y es que aseguran que este año hay más insectos de este tipo que en años anteriores.

 

Según una investigación de la Universidad de Vigo, en España, el cambio climático y las malas prácticas agrícolas han provocado la aparición de un gran número de moscas. El aumento de temperatura hace que los insectos tengan más ciclos vitales, es decir, que sus ciclos reproductivos se acorten, provocando la eclosión de sus huevecillos y dando lugar a los enjambres.

 

Se estima que la mosca puede llegar a poner hasta 900 huevos en su ciclo de vida adulta, durante 30 días. Y aunque en algunos ambientes es normal verlas durante todo el año, lo cierto es que desde que avanza la primavera hasta que nos adentramos en el otoño es el momento en que más se dejan sentir.

 

Estos dípteros son ectotérmicos, lo cual implica que no son capaces por ellos mismos de regular sus temperaturas. De ahí la importancia que tiene la temperatura ambiente en su desarrollo. Como muchos insectos, las moscas tienen diferentes fases: huevolarvapupa y adulto. Con el aumento de la temperatura, esas fases de desarrollo avanzan y de la pupa finalmente sale lo que nosotros vemos, las moscas adultas.

 

Es decir, con el calor, el proceso de metamorfosis en la pupa se acelera. La pupa es una especie de cápsula donde una larva está sufriendo un cambio estructural. Esas larvas han nacido de los huevos que los ejemplares adultos ponen cuando se aparean, precisamente en el verano.

 

Por ello, cuando observamos a las moscas en la basura o excrementos, están depositando sus huevos. Por eso a veces vemos gusanos en materia orgánica en descomposición, porque son las larvas que salen de los huevos que ponen las moscas. Esos gusanos o larvas, son las futuras moscas de la primavera siguiente.

 

De igual forma, la humedad del suelo y las lluvias favorecen el crecimiento de la vegetación y esto, a su vez, provoca una proliferación de insectos en estas áreas. Otra consecuencia importante de la lluvia es que algunos insectos voladores, como las moscas, se vuelven mucho menos activos. Las bajas temperaturas y la menor presión atmosférica reducen la densidad del aire, dificultando considerablemente su vuelo, por lo que buscan lugares secos y menos húmedos.

 

¿Qué riesgos existen con la presencia de moscas?

 

Las moscas pueden entrar fácilmente a los hogares, pero les cuesta salir. Regularmente vuelan hacia la luz de las ventanas, pero al estar cerradas, no pueden escapar. Estos insectos se sienten atraídos por alimentos azucarados y dulces, así como por carne y pescado.

 

Las moscas suelen transportar bacterias en sus patas y otras partes de su cuerpo, las cuales adquieren al alimentarse de heces fecales y otros desechos en descomposición. Como resultado, pueden provocar diversas enfermedades en los seres humanos al entrar en contacto con alimentos destinados al consumo, como diarreas agudas, fiebre tifoidea, salmonela, amebiasis intestinal y cólera.

 

Por ello, es fundamental limpiar después de cocinar o usar alimentos o bebidas. Las moscas siempre buscan comida, por lo que es importante limpiar cualquier cosa que pueda atraerlas, incluso si no parece sucio. Limpiar las superficies con un paño antibacterial es una buena solución. De igual forma, se recomienda inspeccionar los alrededores de la vivienda para identificar y eliminar posibles lugares que puedan usar para habitar o reproducirse.

 

En temporada de lluvias, es importante eliminar los estancamientos de agua y la acumulación de desechos en los patios, jardines y techos. También es importante enterrar las heces de animales en sitios lejos de la vivienda y fuentes de agua o cubrirlas con cal.

 

Es de suma importancia colocar la basura en botes y mantenerlos tapados, ya que la basura orgánica los atrae y permite su crianza.

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