¿Es relevante la edad para la presidencia de un país?

¿Es relevante la edad para la presidencia de un país?

Foto: Freepik

En prácticamente todos los países del mundo, la elección de un presidente o primer ministro tiene una serie de requisitos, entre los cuales figura la edad mínima para ser elegible para el cargo, algo que en muchos casos es de 30 a 35 años. Por el contrario, lo que en la mayoría de los casos no se establece es una edad máxima, dejando que haya mandatarios o candidatos de edad avanzada.

 

Ahora que están próximas las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se han dado duras críticas contra el actual mandatario y candidato del Partido Demócrata, Joe Biden. En numerosos momentos, Biden ha manifestado episodios donde parece perdido, no organiza sus ideas o confunde a quienes están junto a él, como cuando llamó Vladimir Putin, presidente de Rusia, a Volodimir Zelenski, de Ucrania.

 

Este comportamiento es atribuido al hecho de que Joe Biden es el presidente más longevo en la historia de Estados Unidos, pues al momento de que asumió el cargo el 20 de enero del 2021, tenía 78 años y 76 días. Ahora, casi cuatro años después, Biden tiene 81 años y para el momento de las elecciones del 5 de noviembre, le faltarán 15 días para llegar a los 82 años.

 

Es por esto que se ha planteado el debate de hasta qué edad debería permitirse a una persona ser elegible para el cargo más importante de un país, pues en el caso de Biden se evidenció que su longevidad es un factor que le juega en contra. Esto es algo que pasa en otros países, pues hay naciones donde se elige sin miramiento a mandatarios igual o más grandes que el estadounidense.

 

 

En primer lugar, en todo el mundo existe una edad mínima para la presidencia, como en EU, México, Brasil, Rusia, India que es de 35 años, mientras que en Francia se piden al menos los 18 años. Por el contrario, nunca se ha considerado que la edad deba ser un impedimento para limitar el acceso a este cargo, por lo que es “accesible” para todo el que así lo pretenda.

 

Hay razones por las que no siempre se ven a mandatarios mayores. Algunas son el deterioro cognitivo, que inicia en los 30, pero se intensifica más cuando se llega a los 60, con síntomas como pérdida de la memoria o falta de atención. A esto se suman las dificultades físicas que pueden derivar por la misma edad, como lo son la disminución de los reflejos y de la coordinación motriz.

 

Lo anterior puede ser un problema cuando se trata de una persona que debe atender a un cargo de máxima exigencia, toda vez que para dirigir un país hay que estar al pendiente en todo momento para atender urgencias a un alto nivel. Los aspirantes que no están en completo uso de sus facultades físicas o cognitivas podrían tener algún inconveniente con el desarrollo de sus funciones.

 

No obstante, nunca se sabe de qué manera envejecerá una persona, pues hay casos donde un adulto mayor llega a su vejez con buena capacidad cognitiva, o bien, en un destacado estado físico. Esto hace que sea relevante evaluar a los candidatos de manera individual y no establecer límites de edad basados en lo que pudieran ser estereotipos.

 

En contraste, los políticos que tienen más edad también cuentan con factores a su favor, que son la experiencia y madurez, algo crucial en su labor. La experiencia se traduce en una mejor comprensión de varios asuntos, como el tratamiento de conflictos nacionales e internacionales, así como una mayor capacidad para tomar decisiones informadas y equilibradas sin dejarse guiar por lo emocional.

 

Aunque pueda sonar a algo positivo, en los hechos también tiene un lado opuesto, pues al tener un recorrido más largo, también se acarrean ideas de otros tiempos que en los nuevos días son obsoletas. Esto se agrava cuando el candidato que aspira a la presidencia también tiene una marcada resistencia al cambio en temas como el cambio climático, las relaciones sociales y la tecnología.

 

Lo anterior puede ser un inconveniente al momento de tratar de conectar con las nuevas generaciones, ya que los jóvenes suelen tener preocupaciones distintas a las de las personas mayores. Al haber una brecha tan grande en la edad, los votantes no siempre van a conectar ni se van a ver representados efectivamente.

 

Si bien el caso de EU y Biden hoy llama la atención por ser el presidente más grande en la historia del país, no es ni siquiera el más longevo en el mundo. Paul Biyá es a día de hoy el mandatario de más edad con 91 años actualmente, con más de 40 años como presidente de Camerún, aunque también fue primer ministro.

 

 

El segundo en la lista es Mahmud Abbas, actual presidente de Palestina con 88 años y a pocos meses de llegar a los 89. En su caso, fue el 2 de junio del 2014 cuando lo eligieron por primera vez, pero desde 2005 también fue electo como el presidente de la Autoridad Nacional Palestina. Hoy en día es el principal líder de un país azotado por el conflicto con Israel.

 

Por último, está el rey Salmán bin Abdulaziz, de Arabia Saudita, quien ostenta el cargo de rey a sus 88 años. En su caso, se convirtió en el jefe de la Casa de Saúd del desde el 23 de enero del 2015, por lo que lleva en el puesto casi diez años tras el fallecimiento de Abdalá bin Abdulaziz.

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