Maltrato animal, protagonista de "celebraciones" alrededor del mundo

Maltrato animal, protagonista de "celebraciones" alrededor del mundo

Foto: Enfoque

La Fiesta de San Fermín es uno de los acontecimientos más coloridos y famosos, no sólo de España, sino del mundo. Del 6 al 14 de julio, Pamplona se viste de blanco y rojo para celebrar nueve días de fiesta dedicados a San Fermín, santo patrono de Navarra, junto a San Francisco Javier desde 1657.

 

Está celebración, que comienza con el famoso "Chupinazo" y cuenta además con una de las tradiciones más arriesgadas de la fiesta, cuando la gente corre con los toros por las calles de la ciudad. Sin embargo, este festejo también ha sido repudiado por colectivos ecologistas como AnimaNaturalis y PETA, que han denunciado el maltrato animal durante las fiestas, señalando que la fiesta de San Fermín es una celebración de la vida y no de la muerte.

 

 

Pero, además de esta celebración, aún prevalecen fiestas alrededor del mundo en donde el maltrato animal es el protagonista.

 

Por ejemplo, en Cáceres, España, en la fiesta de San Juan era tradición perseguir a un toro clavándole dardos para cubrirle el cuerpo y acabar pegándole un tiro. Las denuncias han sido múltiples, y desde hace unos años, ya nadie lanza dardos al toro de Coria. Eso sí, el animal sigue muriendo de un tiro, ejecutado en la vía pública y frente al público, a pesar de que la normativa no permite que sea así.

 

 

Hay otra celebración también en España. Durante el segundo fin de semana de noviembre, en Medinaceli, Soria, colocan unos metales en los cuernos de un toro con objeto de ponerle bolas inflamables, para luego prenderlas y ver cómo el animal sufre quemaduras por todo el cuerpo mientras da vueltas por la plaza del pueblo esperando a que se apaguen las llamas, mientras los corredores y mozos campan a su alrededor. Lo curioso es que la Junta de Castilla y León, la misma que prohibió otra celebración similar, el toro de la Vega, permite este festejo amparándose en la “tradición” de este festejo en concreto.

 

En determinados pueblos de Bélgica, Países Bajos, Alemania y España existe una tradición del siglo XVII que consiste en colgar de las patas a los gansos en la plaza del pueblo. Después, jinetes a toda velocidad, intentan arrancarles la cabeza. Si logran su cometido, las amputaciones son quemadas y los participantes se quedan con el resto del animal. En algunos poblados cuelgan a los pájaros desde los puentes y los verdugos pasan por debajo y se tiran al agua para alcanzar el trofeo. Hasta 1986, los animales estaban sedados pero vivos, desde entonces son sacrificados horas antes.

 

Nuevamente en España, en el municipio de Robledo de Chavela, la Semana Santa se celebra de una forma brutal. Después de la eucaristía del Sábado Santo, los jóvenes acuden a la plaza del pueblo y lanzan piedras contra un muñeco colgado que simboliza a Judas, relleno con gatos, palomas y ardillas, que suelen morir tras los impactos recibidos.

 

Desde hace más de 1.200 años, en las zonas costeras de las islas Feroe, en Dinamarca, cada primavera, cuando los delfines calderones se acercan a las costas, los jóvenes daneses los asesinan. Este sangriento ritual es una costumbre en la que los adolescentes celebran el paso a la adultez. La matanza despiadada de miles de delfines tiñe las aguas de rojo.

 

 

En el pueblo de Brodilovo, cerca de Sofía en Bulgaria, cada 6 de marzo se lleva a cabo "el giro del perro", una celebración supersticiosa que, supuestamente, predice la calidad de la cosecha anual. En los días previos al ritual, a los perros de este pueblo se les da una gran cantidad de alimento y se les tapona el ano para impedirles eliminar la ingesta. Cuando llega el día del evento, les quitan el tapón y los enrollan con una cuerda alrededor del cuerpo para colgarlos sobre un río helado mientras giran.

 

Al tiempo que el animal da vueltas en el aire despide materia fecal hasta que la cuerda se desenrolla por completo. Luego cae al agua helada. Según la tradición, cuantos más excrementos produzca el perro, mejores serán las cosechas ese año en el pueblo. Los pobladores creen además que este ritual ayuda a prevenir la rabia y alejar a los malos espíritus. El rito había sido prohibido en 2006, cuando Bulgaria ingresó a la Unión Europea. Pero en algunos lugares volvieron a autorizar esta fiesta para atraer a turistas y reactivar la economía.

 

Las peleas de gallos, arraigadas en la historia y tradición de México, son tema de un constante debate entre aficionados, empresarios y activistas debido a su estatus como patrimonio cultural inmaterial en algunos estados, mientras que en otros se asocian con la violencia y el crimen organizado. En las ferias tradicionales del país, en los palenques se continúa con esta práctica.

 

Asimismo, la Huamantlada es una fiesta adoptada de España, que surge a semejanza de los encierros taurinos en honor de San Fermín. En agosto se lleva a cabo esta tradición en honor de la Virgen de la Caridad, donde en las principales calles de Huamantla, sueltan toros bravos de lidia, que en su recorrido son objeto de todo tipo de agresiones. 

 

La Fiesta Brava es sin duda la práctica que más ha levantado controversia en el mundo, ya que varios países europeos y de América, la consideran como parte de la tradición cultural de su nación.

 

Ecuador, España, Francia, México, Perú, Portugal y Venezuela son países en donde las corridas de toros siguen siendo legales. Aunque, algunos han avanzado en medidas que protegen a los animales involucrados, todavía celebran ferias taurinas.

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