Un hombre de 67 años llamado Samuil, ganó fama como la persona más aislada del mundo, ya que desde hace 20 años vive solo en una cabaña en el corazón del gélido bosque de Yakutsk, Siberia, a cinco horas del ser humano más cercano, rodeado de osos y lobos.
Su cabaña de madera fue construida por él mismo y es su refugio junto con sus perros. El entorno donde vive alcanza temperaturas invernales de hasta los -70º C, y lleva a cabo sus tareas cotidianas como bañarse con agua helada al aire libre, entre la nieve.
Su principal entretenimiento consiste en buscar comida y leer revistas viejas. Para conseguir dinero se dedica a vender escobas en la ciudad de Yakutsk, un viaje que implica una caminata de cinco horas desde su aislamiento.
Samuil asegura que los osos son la mayor amenaza para él, ya que se pasean cerca de su cabaña, pero sus perros ladran para mantenerlos a raya, y sabe que pueden ser peligrosos. Sin embargo, los considera como vecinos en este solitario paisaje.
Dentro de su cabaña, Samuil improvisó un congelador subterráneo que mantiene lleno de carne, obtenida principalmente de sus habilidades en la pesca en un lago cercano, provisión de alimentos que es de vital importancia para su supervivencia en su inhóspito entorno.
Además de las revistas, posee linternas, gafas, ropa y repelente de mosquitos para los meses de verano. Con estas simples herramientas, Samuil creó un hogar en uno de los lugares más remotos de la Tierra, donde la naturaleza y la soledad son sus compañeras.
