¿Estudiar siendo adulto? Una alternativa con muchos beneficios

¿Estudiar siendo adulto? Una alternativa con muchos beneficios

Foto: Freepik

Julio marca el final del ciclo escolar según la Secretaría de Educación Pública (SEP), lo que da pie a las graduaciones y, al mismo tiempo, a los procesos de inscripción para el próximo periodo de clases. Aunque se piensa que los únicos que ingresan a clases son jóvenes, en los hechos también hay adultos y personas de la tercera edad que también inician o retoman sus estudios.

 

Ya sea por el ánimo de superarse como persona o para ampliar sus posibilidades laborales, hay adultos que se inscriben para hacer sus estudios por primera vez, o bien, para retomar los que dejaron hace muchos años. Esto supone varios desafíos, pues en esa etapa de la vida se compaginan otras responsabilidades que puede ser un impedimento para tener un buen rendimiento escolar.

 

No obstante, iniciar o concluir los estudios siendo adulto es una decisión importante que representa más ventajas que desventajas, incluso siendo una persona de la tercera edad. Si bien es normal que se tengan dudas sobre este proceso, en el largo plazo los beneficios son mayores para el desarrollo personal y profesional.

 

Las ventajas de estudiar cuando se es grande

 

Una de las principales ventajas de empezar a estudiar o retomar la carrera siendo adulto es que se es más maduro que un adulto joven de 18 o 20 años, por lo que hay menos distracciones, más enfoque y, por consiguiente, el rendimiento escolar puede ser mejor. Esto se refuerza si todo el entorno tiene la misma edad, pues al tener una mentalidad similar también hay más concentración.

 

La edad no sólo da ventajas respecto a la mentalidad, sino que también ofrece una mejor capacidad cognitiva, con lo que se comprende más rápido la información, inclusive si es abstracta. También se cuenta con experiencias que los jóvenes no tienen, como la laboral, con lo que se afronta el mundo de diferente manera y los retos de la vida estudiantil resultan menos complicados de afrontar.

 

Otro aliciente es que, al tener más edad, se tiene más motivación y enfoque, pues al ser joven se buscan nuevas experiencias todo el tiempo, mientras que al ser grande se aprovecha más el tiempo al interior de las aulas. Asimismo, de adulto se tienen otras responsabilidades como una familia o el hecho de que nadie más paga por los estudios, por lo que se busca aprovechar las clases al máximo.

 

Estudiar una licenciatura siendo adulto tiene ventajas que se ven en el desarrollo profesional. Los nuevos conocimientos y habilidades son esenciales para estar actualizado, esencial para ampliar las oportunidades laborales y tener acceso a empleos mejor remunerados y que permitan crecimiento en el área que se estudió.

 

Esto no sólo es una buena opción para los adultos de 30 o 40 años, sino que implica varios beneficios en caso de ser un adulto mayor. Por ejemplo, estudiar a los 65 años o más es positivo porque ayuda a mantener el cerebro activo y en constante ejercicio, y previene enfermedades neurológicas o neurodegenerativas, como algún tipo de demencia o pérdida de la memoria.

 

Contrario a lo que se piensa, no hay problemas de aprendizaje más lento, toda vez que está comprobado científicamente que el cerebro humano es capaz de retener conocimientos a edad avanzada. Por si fuera poca, también es bueno para la salud física y mental, pues combate la soledad y evita caer en depresión, además de que al ir a clases se mantiene la actividad física.

 

El lado no tan positivo

 

Un inconveniente al momento de retomar los estudios es que algunas personas pueden regresar a las aulas desactualizados y sin capacidad para el manejo de las nuevas herramientas, como el equipo de cómputo y plataformas digitales. Dado que todo el tiempo hay nuevas actualizaciones y se genera nueva información, al dejar la carrera trunca y retomarla, algunos conocimientos se tornan obsoletos.

 

Igualmente, está el factor de la organización para compaginar los estudios con todo lo que implica la vida adulta, ya sea el trabajo o la vida familiar. Aunque exista la voluntad para terminar la carrera, para algunas personas es complicado empatar los tiempos de trabajo, cuidado de los hijos y otras responsabilidades, con los hábitos como estudiante que incluyen tareas y proyectos en equipo.

 

Por lo anterior, algunas personas optan por tomar clases en línea, los fines de semana o en las noches, lo que podría sonar como una solución, aunque en unos casos significa que se va todo el tiempo entre los estudios y el trabajo o la familia, por lo que no queda espacio para el esparcimiento u otras actividades.

 

Aunque no todo son ventajas cuando se habla de iniciar o retomar los estudios como adulto, la realidad es que los beneficios son aún mayores sin importar la edad, pues nunca es demasiado tarde para completar la formación profesional.

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