A nivel nacional, 267 priistas hicieron un pronunciamiento en contra de las reformas estatutarias que pretende impulsar Alejandro “Alito” Moreno Cárdenas, con las que se quedaría con el control del partido hasta ocho años más. El número tan delgado de militantes que hoy se rebelan es un reflejo de cómo el PRI ha perdido presencia, algo que también se traduce en estados como Puebla.
Personalidades como Dulce María Sauri, Antonio González Fernández, Enrique Ochoa Reza, más los expresidentes del partido, Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes, son parte de los 267 priistas que rechazaron la hipotética estadía de Alito Moreno al frente del instituto por otros ocho años. Además, exigen la inmediata salida del dirigente después de sus pésimos resultados del 2 de junio.
Para el caso de Puebla, son pocos los priistas que hoy se mantienen activos, son parte de la vida política del partido y aún menos los que se muestran críticos sobre las decisiones que toma el Comité Directivo Estatal (CDE) que encabeza el senador electo Néstor Camarillo Medina. En los hechos, hoy en día la constante es ver que el PRI cada vez pierde más militantes y fuerza en el estado.
De acuerdo con el registro de miembros afiliados, en Puebla hay 46,750 militantes “activos” y con afiliación válida en Puebla, concentrándose la mayoría en la capital del estado, con un aproximado de 3,673 militantes en el municipio. No obstante, la mayoría de los afiliados datan de años anteriores y actualmente hay menos de 200 personas que se enlistaron al tricolor este año.
Más allá de su número de afiliados, que es el más grande en Puebla, en los hechos el Revolucionario Institucional hoy en día no goza de la presencia y respaldo que tenía en otros años. Muestra de esto son los mítines y eventos oficiales del PRI, en los que cada vez se ve menos gente y tampoco hay nuevos líderes de la militancia.
Ejemplo de lo anterior es el anuncio que hicieron el pasado 18 de junio, en el que dieron a conocer sus “espacios de reflexión” a nivel estatal rumbo a la 24 asamblea nacional. En este espacio, hubo menos de una docena de priistas incluida la secretaria general, Delfina Pozos, la diputada local Lidia Ocaña y su excandidato Marco Valencia Ávila del municipio de Huauchinango.
Ello contrasta con los eventos multitudinarios en los que sobresalía la asistencia de miles de simpatizantes del tricolor que respaldaban a los líderes del partido, como en su momento hicieron con los excandidatos de la entidad. Los últimos aspirantes a la gubernatura mostraban el “músculo” político y lograban reunir a miles de personas en sus mítines de campaña sin recurrir a las alianzas como hoy en día.
Los candidatos que en otros tiempos gozaron de gran popularidad, como Enrique Doger y Blanca Alcalá, así como los polémicos Mario Marín y Javier López Zavala, eran capaces de llenar grandes recintos y mítines en prácticamente cualquier lugar del estado, contrario a los eventos desalmados y cada vez más vacíos que hay con el PRI actual.
A esto se suma que los que eran sus principales liderazgos de años recientes, tales como Estefan Chidiac o Silvia Tanús, abandonaron el barco acusando el mal rumbo que tomó la dirigencia de Néstor Camarillo. Asimismo, los priistas dejaron sólo a su presidente estatal en el Congreso, haciendo que el PRI pase de tener una bancada a sólo tener representación por varios meses gracias al bloqueo de sus suplentes.
Aunque a nivel nacional es evidente que gran parte de los militantes está en contra de la reelección de Alito Moreno como presidente, en Puebla la “oposición” al interior del propio partido es casi nula. En el estado, algo como los 267 priistas que se rebelaron contra el dirigente no se vería, pues de hecho los priistas poblanos podrían ser parte de la extensión en el poder de Alito.
A finales del mes pasado la dirigencia estatal del PRI en Puebla, Néstor Camarillo y la secretaria general Delfina Pozos, eligió a los 54 delegados que representarán a la entidad en la próxima asamblea nacional, una decisión que fue calificada como una designación “a modo” para prolongar el mandato del líder tricolor.