En días pasados, la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, manifestó que el acceso a la vivienda para las juventudes de todo el país será una prioridad en su gobierno.
En reunión con jóvenes de todo el país, aseguró que su administración gobernará con, por y para este sector de la sociedad. Además, informó que está trabajando en el presupuesto de 2025, en el que se incluirán recursos para la implementación de dos programas: el de vivienda del Infonavit y el de vivienda para las y los jóvenes que no tienen acceso al seguro social.
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De acuerdo con la Sociedad Hipotecaria Federal (SHF), el valor de una vivienda promedio en 2019 era de 1,120,000 pesos; para el 2023, este valor se incrementó a 1,630,000 pesos, un aumento de casi 46 %. Considerando un crédito hipotecario promedio con una tasa de interés de 10.33 %, se tiene una mensualidad aproximada de 13,850 pesos para pagarlo; para muchos, esta cantidad es todo el sueldo de un mes.
Una de las limitantes que tienen los jóvenes es indudablemente que hoy en día se están enfrentando a viviendas de mucho mayor valor que muchas veces no pueden comprar y se tienen que juntar con alguien más, por eso se da el mercado de los roomies para poder comprar o rentar una vivienda.
El aumento en el costo de las viviendas, derivado del precio de los materiales de construcción y las tasas de interés, está volviendo muy difícil que una sola persona pueda pagar una casa o departamento.
Y la tendencia es que el costo de los inmuebles en este 2024 continúe en aumento debido a la mayor demanda que oferta de vivienda en México. Esta alza es impulsada por la falta de oferta suficiente para satisfacer la creciente demanda, y este escenario plantea un reto significativo para aquellos que buscan adquirir una vivienda.
El proceso de comprar o rentar una propiedad en México está lleno de desafíos. Adquirir una vivienda requiere un desembolso significativo inicial, que incluye el enganche, entre el 10 y 16 % del valor de la propiedad, gastos de escrituración y honorarios notariales. Esto puede ser un obstáculo para muchas personas, especialmente las nuevas generaciones que pueden no contar con ahorros suficientes.
Además, se espera que los costos de renta continúen incrementándose en 2024, con un alza proporcional a la inflación, estimada entre un 6 y 10 %. Esto se debe a factores como la oferta y demanda, la disponibilidad de vivienda y los cambios en los modelos de negocio de corta a larga estancia.
Últimamente, un efecto que ha estado pasando en el mercado es que, al encarecerse el metro cuadrado de vivienda, quien puede comprar algo lo hace, pero con un espacio mucho más pequeño. Actualmente, muchas de las viviendas que se venden son de 40-70 metros cuadrados, lo que también cambia completamente las dinámicas de las familias, las perspectivas de cuántos hijos van a tener, entre otras situaciones.
¿Por qué ahora es más difícil comprar una casa que años atrás?
Expertos en el tema lo atribuyen a un factor: el poder adquisitivo del peso ha disminuido mientras la inflación ha subido. Dicho de otro modo, el Gansito que nuestros papás compraban en la década de los 70 con 80 centavos, ahora cuesta 11 pesos.
Hace unos 50 años, el salario mínimo era de alrededor de 300 pesos en promedio, mientras que hoy, con todas sus variaciones, es de 249 pesos. En gran medida, esto explica por qué, años atrás, era relativamente más accesible comprar bienes, como una casa, un departamento o un coche. Ahora, millennials y centennials solo pueden gastar en smartphones, servicios de streaming y tiendas de cosas que no necesitamos.
Para ilustrar lo anterior de una manera sencilla, podemos comparar cómo un refresco que en 1990 costaba 5 pesos, actualmente vale 20 pesos en promedio.