El peso mexicano ante la incertidumbre política poselectoral

El peso mexicano ante la incertidumbre política poselectoral

Foto: Sergio F Cara

El comportamiento del peso mexicano está mostrando signos de inestabilidad debido a la incertidumbre política tras las recientes elecciones. Es común observar movimientos en el tipo de cambio después de elecciones, ya que la certidumbre suele incrementarla. Los inversionistas, por su lado, en búsqueda de seguridad, se enfocan en factores clave como la estabilidad política y económica, políticas monetarias y fiscales consistentes.

 

Asimismo, los inversionistas también prefieren países con baja inflación, deuda manejable y crecimiento económico sostenido. Claudia Sheinbaum, virtual presidenta de México, señaló la importancia de la autonomía del Banco de México y la disciplina fiscal en sus discursos en un intento por tranquilizar a los mercados.

 

La preocupación actual está en la agenda de reformas del nuevo gobierno, que apunta a una reducción de la independencia del Poder Judicial y a una mayor concentración del Poder Ejecutivo. Esto genera dudas sobre las inversiones a futuro, ya que los inversionistas prefieren evitar países con alta inestabilidad política y cambios en leyes y regulaciones.

 

Un tipo de cambio flexible sirve como amortiguador frente a choques internos o externos y, mientras disminuye la confianza en la economía, la prima de riesgo país aumenta. Esto se ve reflejado en un tipo de cambio débil y en tasas de intereses más altas. En la subasta del martes 18 de junio, el bono a 30 años alcanzó un nivel de 10.16%, 51 puntos más que en la subasta anterior, indicando una mayor percepción de riesgo ante la incertidumbre política.

 

Con el aumento en las tasas de interés, se impacta negativamente a las inversiones productivas y reduce el consumo privado, afectando la actividad económica. Aunque el impacto del tipo de cambio en los precios se moderó en México, se percibe que la depreciación va a ser duradera y podría haber ajustes al alza en los precios, complicando el trabajo del Banco de México.

 

En situaciones de volatilidad, la Comisión de Cambios, integrada por miembros de la Secretaría de Hacienda y el Banco de México, puede intervenir y evitar desórdenes abruptos mediante subastas de dólares o ajustes en la política monetaria. Con la reciente depreciación del peso mexicano, que refleja la evaluación de los planes del nuevo gobierno, se espera que la volatilidad continúe hasta septiembre, cuando la reforma judicial se apruebe.

 

Además, el panorama se mantendrá incierto hasta después de la toma de posesión de Claudia Sheinbaum y las elecciones en Estados Unidos. La volatilidad del peso mexicano refleja la incertidumbre política y las preocupaciones sobre las reformas propuestas por el nuevo gobierno, impactando negativamente en la confianza de los inversionistas. Por eso, mantener un entorno económico y regulatorio estable es crucial para reducir la prima de riesgo y atraer inversiones en el futuro. (NotiPress)

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