Según la Federación Internacional de Diabetes, México ocupa el séptimo lugar a nivel mundial en cuanto a personas que viven con diabetes. Además, datos del Instituto Nacional de Salud Pública indican que la prevalencia de diabetes en México es del 18.3 %, con un 22.1 % de prediabetes. Asimismo, el INEGI anunció este año que la diabetes figura como la segunda causa de muerte en la población mexicana.
En el mercado hay dos fármacos para tratar este tipo de diabetes, la glibenclamida y metformina, que pueden ser adquiridos sin receta médica. La metformina es generalmente el primer medicamento recetado para tratar la diabetes tipo 2 y suele ser la primera opción debido a su perfil de seguridad y eficacia probada. Por otro lado, la glibenclamida es una sulfonilurea que estimula la liberación de insulina por parte del páncreas. Aunque también es efectiva en el control de los niveles de azúcar en sangre, tiene un mayor riesgo de causar hipoglucemia y puede provocar aumento de peso en algunos pacientes.
Sin embargo, ha llamado la atención el Ozempic, un fármaco empleado para tratar la diabetes, pero que cada vez más personas recurren a este medicamento con el fin de inducir la pérdida de peso. El mecanismo de acción de este fármaco se centra en incrementar la secreción de insulina por parte del páncreas en respuesta a los niveles de glucosa en sangre, ralentizar el vaciamiento gástrico y disminuir la liberación de glucagón después de las comidas, lo que en conjunto mejora el control de la glucosa sanguínea. Adicionalmente, se ha observado que la semaglutida ayuda a reducir el apetito y la ingesta calórica, lo que contribuye a la pérdida de peso.
De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), el producto Ozempic cuenta con autorización sanitaria sólo para ser prescrito en adultos con diabetes mellitus tipo 2 con ciertas características, por lo que es indispensable la valoración médica antes de iniciar tratamiento.
Cualquier otra indicación terapéutica no está autorizada por esta autoridad sanitaria, como la pérdida de peso. Además, este fármaco está clasificado como medicamento de fracción IV, que de conformidad con el artículo 226 de la Ley General de Salud, para poder adquirirlo se requiere receta médica.
En un ejercicio periodístico llevado a cabo por Imagen Poblana, acudimos a cuatro farmacias para comprobar si efectivamente se ejecuta la ley para la venta de este medicamento.
En una primera instancia, acudimos a la Farmacia del Ahorro, en la cual el costo del producto en su presentación tipo Pluma de .25 gramos tiene un costo de 5,668 pesos. Sin embargo, en ninguna sucursal cuentan con el fármaco, ya que está agotado. Para su adquisición, no es necesario presentar receta médica.
El segundo establecimiento que visitamos fue la Farmadroguería Medina. Ahí, la encargada del mostrador verificó que el costo del producto en la misma presentación tiene un costo de 9,036 pesos, pero también estaba agotado. Tampoco es necesario receta médica para ser comprado.
La farmacia Benavides fue nuestro tercer objetivo y al igual que en las dos anteriores, el producto está agotado y, para adquirirlo, solo es necesario pedirlo al farmacéutico sin que sea obligatorio presentar una receta médica. Aquí el costo del fármaco es de 4,103 pesos.
Finalmente, la farmacia Alexander Fleming tampoco tuvo el medicamento en existencia. De igual forma, no es necesaria la receta médica para comprarlo; sin embargo, es un producto que se puede adquirir únicamente sobre pedido. En este lugar, el costo es de 3,600 pesos.
Como se dijo, el Ozempic es un fármaco empleado para tratar la diabetes, pero que cada vez más personas recurren a este medicamento con el fin de bajar de peso, porque provoca pérdida del apetito. El que esté agotado en las farmacias sólo demuestra que tiene una alta demanda entre consumidores que buscan adelgazar mediante un método no convencional.