“No habrá contratos o información reservada en mi gobierno”, asegura Alejandro Armenta

Este día, el gobernador electo de Puebla, Alejandro Armenta Mier, aseguró que en su gobierno los contratos por las obras públicas que se ejecuten serán abiertos a la sociedad salvo que ameriten secrecía. De igual forma, anunció que antes de que inicie la administración estatal hará pública su declaración patrimonial y pedirá a sus colaboradores que cumplan con tal obligación.

El gobernador electo dijo que buscará agilizar los procesos de licitación, a fin de que su gobierno sea el que tenga más concursos para obtener contratos de obra pública. Sostuvo que estos serán incluyentes y no estarán plagados de “vicios ocultos” como los que había en otras administraciones, cuando se usaban las licitaciones para enriquecer a los gobernantes o a los empresarios.

Armenta afirmó que actualmente las licitaciones son procesos “largos y tortuosos”, por lo que las harán más ágiles para que haya más que con otros gobernadores. En caso de que haya adjudicaciones, afirmó que estas no serán costosas ni de mala calidad.

Mencionó que en su sexenio no habrá contratos reservados por 5, 10 o 30 años, ya que estos son los que se hacen para beneficios particulares y están rodeados de corrupción, como el Museo Internacional del Barroco (MIB) que cuesta 11,000 millones de pesos y al que consideró “un monumento a la corrupción”. Por el contrario, lo único que se reservará con patentes que elaboren los centros de estudios del estado.

“Los contratos reservados son los que se hacen como el Museo Barroco y todos estos. No tengo pensado qué proyecto vamos a reservar nosotros, ¿qué vamos a ocultar? No lo tengo considerado, sólo que hagamos una investigación científica que implique que se reserve una patente”, dijo Armenta.

Agregó que será en la primera semana de diciembre, antes de que asuma el cargo de gobernador, cuando presentará su declaración 3 de 3, en la que hace público su patrimonio, de no intereses y su situación fiscal. Sostuvo que con esto los ciudadanos podrán constatar año con año los bienes que posee y cuáles tendrá al final del sexenio.

De igual manera, hará públicas las de su familia y las de sus colaboradores de primer nivel “para que no haya sorpresas” y quienes trabajen con él lo hagan por servir al estado, no para enriquecerse.