La mañana de este domingo, el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos confirmó que el huracán Beryl se ha fortalecido hasta convertirse en un huracán de categoría 4 con vientos máximos de 130 mph.
Se prevé que Beryl mantenga su intensidad como un huracán poderoso mientras avanza a través del Mar Caribe durante la semana, focalizando su impacto principalmente en Hispaniola, Jamaica y las Islas Caimán. Sin embargo, el pronóstico para los próximos días es incierto.
Según lo mencionado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a través de sus redes sociales, el huracán no representa peligro para el territorio mexicano.
Pero ¿qué significa la categoría 4?
El huracán categoría 4 provoca daños extremos como colapso parcial de techos y paredes en casas, daños considerables a edificaciones y muelles, derribo de vegetación y señales; así como erosión de playas e inundación en terrenos planos abajo de 3 m. Además, se registran rachas de viento de 210 km/h a 250 km/h.
Esto, de acuerdo con la escala Saffir-Simpson que clasifica los ciclones tropicales según la intensidad de sus vientos máximos: depresión tropical, cuando sus vientos son menores a 63 km/h; tormenta tropical, que comprende vientos entre 63 km/h y 118 km/h; y huracán, al presentar vientos con una velocidad mayor a los 118 km/h.
Un huracán categoría 4 representa una de las fuerzas más destructivas de la naturaleza, capaz de causar devastación extensa y poner en riesgo la vida humana y la infraestructura de las áreas afectadas. Expertos meteorológicos coinciden en que los huracanes de categoría 4 pueden tener impactos catastróficos.
Los vientos de estos huracanes son tan destructivos que son capaces de arrancar tejados, derribar árboles y postes eléctricos, además de generar escombros voladores que representan un peligro grave para las personas y los bienes materiales.
De igual forma, un huracán categoría 4 produce marejadas ciclónicas, que pueden inundar áreas costeras y penetrar tierra adentro, causando inundaciones repentinas y poniendo en riesgo a quienes no han evacuado las zonas bajas.
Los huracanes de esta categoría pueden producir lluvias extremadamente intensas, resultando en inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra y daños adicionales a la infraestructura. Además, las pérdidas económicas pueden ser significativas debido a la destrucción de propiedades, la interrupción de servicios públicos y comerciales, y el costo de las operaciones de recuperación y reconstrucción.
México ha sentido el poder de este tipo de huracanes, siendo los más poderosos:
Huracán Liza
El otoño de 1976 fue testigo de un evento que dejó una cifra oficial de más de 600 muertos, aunque de manera extraoficial se dice que podrían haber sido hasta 10,000. Además, más de 276,000 personas resultaron afectadas y la infraestructura urbana sufrió daños incalculables.
Este desastre natural también estableció un récord histórico de precipitaciones diarias en La Paz. Aunque el huracán Liza no tocó tierra en Baja California Sur, su paso por el sur del Golfo de California, cerca de La Paz, alcanzó una intensidad máxima de 222 km/h, siendo categorizado como un huracán de categoría 4.
Comparado con otros huracanes de años anteriores... No creo que nos fue tan mal. Las vídas humanas son más importantes, que lo material.
— Sassymoca (@Sassymoca14) October 31, 2023
Checa Huracán Liza 1976 pic.twitter.com/eYPJaTpl8q
Huracán Paulina
El huracán Paulina, que azotó Acapulco en octubre de 1997, fue uno de los desastres naturales más devastadores que ha enfrentado la ciudad. Este fenómeno meteorológico, categoría 4, dejó a su paso una estela de destrucción y dolor que tardaría años en ser superada. A pesar de que las autoridades y organizaciones de ayuda tomaron medidas preventivas y de contingencia, la magnitud del huracán tomó por sorpresa a muchos residentes de Acapulco. La catástrofe tuvo un impacto significativo en la infraestructura de la ciudad y, lo que es más importante, en la vida de las personas que perdieron sus hogares, pertenencias y, en algunos casos, sus seres queridos. Las crecientes inundaciones de los ríos y deslaves afectaron una de las regiones más pobres de México con una pérdida económica de más de 400 millones de dólares; tan solo en Guerrero dejó 300,000 damnificados, 250 lesionados y 150 desaparecidos.
Huracán Wilma
Sin duda fue uno de los más destructivos que ha golpeado a México, económicamente hablando. El 21 de octubre de 2005 tocó tierra en la ciudad de Cozumel como categoría 4, para después afectar por más de 48 horas a Cancún y la Riviera Maya.
Cozumel, antes y después del paso del huracán Wilma.
— Pandita rojo ???? (@eit1mx) July 30, 2023
EL huracán Wilma llegó a la isla el 21 de octubre de 2005.
El daño que suele presentar la vegetación tras el paso de un huracán es la defoliación, rompimiento de ramas y troncos principales, así como desenraizamiento. pic.twitter.com/843wWei7KR
Aunque solo hay registros de ocho muertos, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguro (AMIS) documentó que el impacto del huracán en las costas de Quintana Roo dejó daños equivalentes a 1,752 millones de dólares, sobre todo en su zona hotelera.
La Comisión Nacional del Agua ha alertado que en este 2024 se esperan entre 3 o 4 huracanes de categoría 3, 4 o 5 en el océano Pacífico y de 4 a 5 en el Atlántico.