El fenómeno El Niño perdió su fuerza y entra en una fase neutra, pero sus consecuencias seguirán afectando a las temperaturas globales, afirma a Sputnik el jefe científico del Servicio Federal de Hidrometeorología de Rusia, Román Vilfand. Junio puede convertirse en uno de los más calurosos en la historia de las observaciones meteorológicas, añade.
"El Niño deja de existir, se realiza la transición a la fase neutra. El hecho es que las consecuencias de El Niño, que comenzó en mayo de 2023 y duró hasta abril de 2024, son muy significativas, creó un efecto impresionante. La temperatura tanto del océano Pacífico como del océano Atlántico, en las zonas extratropicales, fue la máxima de todo el período de observación", señala el meteorólogo.
Ahora el calor en el planeta persiste no por ese fenómeno climático, sino por sus consecuencias, que son las altas temperaturas en las latitudes templadas de los hemisferios norte y sur.
"Las temperaturas fueron máximas en mayo, aunque El Niño ya se debilitó. Veremos cómo afecta a junio, es muy probable que esté entre los tres meses más calurosos de la historia. Tendrá repercusiones durante mucho tiempo", subraya Vilfand.
El Niño provoca un aumento anómalo de la temperatura de la superficie del agua en la parte ecuatorial del océano Pacífico. La peculiaridad del cambio de fases de las corrientes oceánicas es que durante el fenómeno natural La Niña el calor de la atmósfera pasa intensamente al océano, mientras que durante El Niño el flujo va del océano a la atmósfera.