Temporada de lluvias: ¿cuál es la función de los vasos reguladores?

Temporada de lluvias: ¿cuál es la función de los vasos reguladores?

Foto: Enfoque

La ciudad de Puebla cuenta con dos vasos reguladores; uno, el Puente Negro, ubicado sobre la Diagonal Defensores de la República en la colonia Adolfo López Mateos, y el otro, "Santuario", ubicado en la colonia Revolución Mexicana.

 

Esta obra de infraestructura hidráulica tiene la función de mitigar el riesgo de inundación durante la época de lluvias. Son espacios que captan el agua y, una vez que se llenan, se desahoga el líquido de manera controlada.

 

Una de las características de los vasos reguladores es que, dentro de la oquedad, cuentan con una obra de toma que controla, por medio de aberturas, el ingreso del agua pluvial a las bóvedas para evitar que se saturen y de esta forma evitar el desbordamiento a las colonias aledañas.

 

Sin embargo, con el tiempo se arrastran cantidades importantes de sólidos y otros materiales de origen natural hacia los vasos reguladores, reduciendo su capacidad de almacenamiento con el consecuente riesgo de que, al llegar la temporada de lluvias, los niveles de agua rebasen la cortina y la canalización de las aguas se vuelva de alto riesgo.

 

Es por ello que cada año, previo a la temporada de lluvias, las autoridades municipales llevan a cabo trabajos de desazolve para devolverles su capacidad de almacenamiento y regulación. No hay que olvidar que los vasos reguladores se diseñaron para dar cauce a las aguas de lluvia, no para manejar aguas residuales.

 

También, los vasos reguladores sirven como indicadores de los niveles de agua que ayudan a Protección Civil determinar cuándo es necesario ejecutar una evacuación de la población cercana y evitar una catástrofe mayor.

 

 

 

Especialistas en temas hídricos coinciden en señalar que la función de los vasos reguladores para mitigar las inundaciones es una solución limitada y no es suficiente, dado que se siguen presentando inundaciones en gran parte de las ciudades.

 

Esto se presenta debido a que, en la actualidad, las urbes están cubiertas de concreto, casas y avenidas, impidiendo la infiltración de agua hacia los mantos acuíferos.

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