En Japón, el Tamagotchi no solo fue un fenómeno cultural de los años 90, sino que también se convirtió en el protagonista de una leyenda urbana. Según cuentan los japoneses, debido a la sobreproducción de este juguete electrónico, la empresa Bandai tuvo pérdidas financieras, lo que la llevó a tomar la decisión de enterrar millones de estos dispositivos que no lograron venderse en la isla artificial de Odaiba, en la Bahía de Tokio.
Este pequeño dispositivo en forma de huevo simulaba el cuidado de una mascota virtual; sin embargo, su popularidad desenfrenada tuvo una caída abrupta a finales de los años 90, y las tiendas devolvieron grandes cantidades de este juguete no vendido a Bandai.
@TamagotchiWiki My Tamagotchi collection so far! ???? pic.twitter.com/X9rjJuebkl
— Asher @BRCDEvg (@Aftasher) January 24, 2021
El exceso de stock llevó a la compañía a enfrentar una pérdida de 6,000 millones de yenes, lo que en ese entonces equivalía a 35 millones de dólares. Y en lo que fue un intento de deshacerse discretamente del inventario acumulado, se dice que Bandai optó por enterrar los Tamagotchis en Odaiba, tal como Atari había hecho con los cartuchos del videojuego de “E.T.” en Estados Unidos, lo que resultó ser cierto.
Se confirma la leyenda urbana de los millones de ET para Atari 2600 enterrados en Nuevo México! #MindBlown pic.twitter.com/FAun5vJ6wH
— David Jaumandreu (@DavidJaumandreu) April 26, 2014
A pesar de que la leyenda sigue viva, hasta ahora no existen pruebas que confirmen que realmente se enterraron millones de Tamagotchis en la isla. Por su parte expertos en tecnología aseguran que los dispositivos no vendidos probablemente fueron destruidos de manera convencional.
Para 1998, Bandai había vendido más de 20 millones de unidades en Japón y una cifra similar en el resto del mundo. Sin embargo, cuando la moda se apagó, las ventas cayeron en picada.