Diez monjas de la comunidad de clarisas de Belorado (Burgos) y Orduña (Vitoria) enviaron un comunicado al Arzobispado de Burgos en el que avisan de su “unánime e irreversible” decisión de abandonar la Iglesia Católica. En su mensaje, las monjas aseguran que cualquier sanción canónica, como la excomunión, para ellas es “nula”, ya que consideran que la Iglesia “no tiene poder sobre las almas” y “carece de efectividad”.
A través de redes sociales, las monjas publicaron un manifiesto en el que subrayan que su decisión es fruto de una “madura, meditada y consciente reflexión”. “Nos separamos libre y voluntariamente, con unanimidad y con alegría de espíritu”, reiteraron, señalando que el Manifiesto Católico del 13 de mayo, firmado por la abadesa, cuenta con el respaldo de todas.
Para abordar el conflicto con el Arzobispado de Burgos, las monjas constituyeron una comisión mediadora, integrada por el bufete de abogados de Sarabia y Asociados de Santander, GTRS y el abogado Florentino Alaez. Esta comisión se puso a disposición del Arzobispado para negociar una solución “pacífica y extrajudicial”, ya que, según los representantes legales de las religiosas, ellas “están indefensas y sin ningún tipo de recursos”.
Las monjas debían comparecer este viernes ante el Tribunal Eclesiástico para responder por un delito de cisma, pero no se presentaron, lo que permite al Arzobispado declarar su excomunión conforme al Derecho Canónico. El decreto de excomunión tendrá que ser firmado por el arzobispo, Mario Iceta.
Entre las monjas está la exabadesa sor Isabel de Trinidad, quien es una de las firmantes de la denuncia contra el arzobispo Iceta por abuso de poder, usurpación de representación legal y vulneración de derecho a libre asociación.
Este proceso de excomunión no es nuevo para las monjas, ya que en 2019 fue excomulgado el falso obispo Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, al que ahora siguen.