Los astrónomos aseguran que pronto se producirá en el cielo un fenómeno raro, que podría observarse desde la Tierra incluso a simple vista. Además, los científicos esperan que este evento ayudaría a obtener nuevos datos sobre los procesos que ocurren en el universo, según la NASA.
En la constelación de Coronae Borealis, a más de 2.500 años luz de distancia, la estrella colapsada T Coronae Borealis (T CrB) está al acecho, preparándose para una explosión que la haría uno de los objetos más brillantes del cielo nocturno durante un tiempo. Esta explosión brindaría a los astrónomos la oportunidad de recopilar datos sobre un tipo de estrella en explosión denominada estrella nueva clásica.
Esto ocurre solo una vez cada 80 años, y la última explosión se produjo en 1946, razón por la que se cree que la nova recurrente T CrB está a punto de explotar nuevamente.
"Hay algunas estrellas nuevas periódicas con ciclos muy cortos, pero no solemos ver llamaradas repetidas muy a menudo en la vida de una persona, y es poco frecuente que ocurran tan cerca de nuestro sistema", explica la astrónoma Rebecca Hounsell, de la NASA.
La nova T CrB pertenece a un tipo peculiar de estrellas y es lo que determina que explota repetidamente y según lo previsto, aclaran los expertos. Se trata de un sistema estelar binario que contiene los restos del núcleo colapsado de una estrella similar al Sol, llamada enana blanca, y una compañera gigante roja.
Las enanas blancas son muy pequeñas y densas. Tienen un tamaño aproximado al de la Tierra y la Luna y una masa equivalente a 1,4 masas solares. Esto significa que tienen una influencia gravitatoria bastante fuerte, y si tienen una compañera binaria en una órbita lo suficientemente cercana, tienden a succionar material, sobre todo hidrógeno.
Este hidrógeno se acumula en la superficie de la enana blanca, siendo comprimido por la atracción gravitatoria. Finalmente, la presión y el calor en la capa inferior de hidrógeno se vuelven tan intensos que todo se enciende en una explosión termonuclear que expulsa el exceso de hidrógeno al espacio con un estilo espectacular y con fuerza, explica el estudio.
A lo largo de la última década, los astrónomos han observado que el sistema binario se comporta de forma similar a como lo hacía antes de la explosión de 1946. En particular, una disminución del brillo que anuncia la proximidad de una erupción. El análisis sugiere que podría producirse muy pronto, antes de septiembre de 2024, resumen los expertos.
Sin embargo, no es posible predecir completamente el comportamiento de tales objetos.
"Las nuevas estrellas periódicas son impredecibles e incoherentes. Cuando crees que no puede haber ninguna razón por la que sigan un determinado patrón, lo hacen, y tan pronto como empiezas a confiar en que repitan el mismo patrón, se desvían completamente de él. Veamos cómo se comporta la T CrB", señala el astrofísico Koji Mukai, de la NASA.