Un estudio publicado en la revista Nature reveló que el núcleo de la Tierra comenzó a desacelerar su movimiento en relación con la superficie. Durante al menos dos décadas, el debate en cuanto a la velocidad de rotación del núcleo fue intenso, algunas investigaciones previas sugerían que este podría estar girando más rápido que la superficie.
Sin embargo, según el sitio La Razón, el nuevo estudio que lideró John Vidale, profesor de Ciencias de la Tierra en la Universidad del Sur de California, presenta “evidencia inequívoca” de que esta esfera sólida de hierro y níquel comenzó a moverse más lentamente desde el año 2010.
"Cuando observamos los sismogramas que mostraban este cambio, quedamos inicialmente desconcertados", compartió Vidale. "Pero al hallar numerosas observaciones que confirmaban el patrón, el resultado se volvió claro: el núcleo interno se está ralentizando por primera vez en décadas". Este fenómeno es atribuido a la influencia del núcleo externo de hierro líquido y fuerzas gravitacionales del manto terrestre, y representa un cambio notable en la dinámica interna de nuestro planeta.
地球の「内核」の回転速度は変化し、逆回転もするかもしれないと分かったよ。従来の説とは矛盾する結果で、地球全体の自転とも関連しているかもしれないよ。リプで解説するね!
— 彩恵りり????♀️科学ライター兼Vtuber✨おしごと募集中 (@Science_Release) June 14, 2022
Wei Wang & John E. Vidale. "Seismological observation of Earth’s oscillating inner core". Sci. Adv., 2022; 8, 23. pic.twitter.com/Zyu2FyjXAC
“Pero cuando hallamos más de dos decenas de observaciones que mostraban el mismo patrón, el resultado fue claro. El núcleo interno se había ralentizado por primera vez en muchas décadas. Otros científicos defendieron recientemente modelos similares y diferentes, pero nuestro último estudio proporcionó evidencia más convincente hasta ahora”, aseguró Vidale.
El equipo de investigación utilizó datos sísmicos recolectados a lo largo de décadas, incluyendo información de terremotos y pruebas nucleares para analizar la velocidad de rotación del núcleo. Según Vidale, esta desaceleración podría tener consecuencias sutiles pero importantes, como cambios en fracciones de segundo en la duración de un día terrestre, algo prácticamente imperceptible para la mayoría de las personas.