Niños influencers, una nueva forma de explotación infantil

Niños influencers, una nueva forma de explotación infantil

Foto: Freepik

En todo el mundo, es bien sabido que la explotación infantil es uno de los principales problemas a los que se enfrentan los menores, ya que a temprana edad se les pone a trabajar exponiéndolos a diversos riesgos durante su desarrollo. Si bien esto sigue presente, en los últimos años ha surgido una nueva modalidad de trabajo infantil, la exposición en los medios digitales.

 

Con el surgimiento de las redes sociales masivas y las plataformas digitales, muchas personas encontraron la forma de volverse famosas, convirtiéndose en lo que hoy conocemos como “influencers”; no obstante, no sólo los adultos se hicieron de un lugar en los espacios digitales, pues empezaron a surgir “niños influencers” que, lejos de beneficiarse ellos, son usados por sus padres.

 

Sobreexposición a medios, escrutinio público y la explotación con largas horas de trabajo son parte de los inconvenientes a los que se enfrentan los niños influencers a muy temprana edad. Antes de esto, sólo se veía con los niños actores que alcanzaron gran fama y al crecer exponían todos los abusos a los que eran sometidos.

 

Los niños influencers y la explotación infantil

 

Para la mayor parte de los niños que nacieron después de la década del 2010, el celular, las redes sociales y demás plataformas del ciberespacio son algo cotidiano con lo que siempre han convivido. Al igual que los adultos, no sólo han aprovechado estás herramientas para el ocio, sino que también las usan como medios de producción en los que no siempre son ellos los beneficiarios.

 

En TikTok, Instagram y YouTube, niños, niñas y adolescentes (NNA) se han vuelto famosos creando contenido de todo tipo, en especial el que va dirigido al público de su misma edad. Algunos de ellos alcanzan cifras de seguidores que superan ampliamente a los perfiles y canales de adultos que llevan años creando contenido.

 

Por ejemplo, el pequeño dueño del canal “Ryan’s World” (El mundo de Ryan) ostenta uno de los canales con más suscriptores entre los niños influencers, con más de 37.1 millones de seguidores, cifra que hace un año era de poco más de 28 millones. Su canal existe desde el 2015, y al inicio no tenía periodicidad marcada para subir contenido, pero ahora, con un auditorio de tal magnitud, se ve obligado a alimentar su canal casi a diario.

 

 

Si bien Ryan Kaji, de ocho años, no se encarga directamente de todo lo que sucede en su canal, entiéndase edición de los videos, cargar el contenido o el manejo de las redes sociales, por ejemplo, él es la imagen principal de un canal que se puede producir hasta 35 millones de dólares al año, esto de acuerdo a los ingresos que se dieron a conocer el año pasado.

 

Lo anterior implica varios problemas, no sólo para él, sino para todos los menores que se dedican a las redes sociales como su medio de vida. En algunos casos se ha visto que los menores son dados de baja de la escuela por sus propios padres, ya que esta se vuelve incompatible con su ritmo de vida como influencers.

 

En diciembre del 2023 una influencer australiana de nombre “Kat Clark” declaró en un podcast que tomó la decisión de sacar a su hija de la escuela para que, junto a ella, sea influencer de tiempo completo. Kat Clark se dedica a la creación de videos en TikTok, contando con más de 6.2 millones de seguidores, pero gracias a que empezó a involucrar a su hija de 12 años, decidió privarla de su educación.

 

 

Otra cuestión es que muchos niños son explotados y generan millones de dólares, como el citado Ryan Kaji, para que luego el dinero generado lo aprovechen sus padres. La millonaria producción de su canal también se va a la creación de otros canales, dando en total ocho canales que benefician a toda su familia y administran mayormente sus padres, siendo Ryan’s World el más lucrativo.

 

También se ven sometidos a desempeñar actividades que no son propias de alguien de su edad, tal es el caso de Garza Crew, un perfil de TikTok en el que una madre y sus dos gemelas publican videos sobre autocuidado, estilo de vida y rutinas de maquillaje, siendo las dos pequeñas las que más “explican” cómo hacer un cuidado facial completo y cómo pintarse con diferentes tipos de maquillaje.

 

@garzacrew

GRWUs using our most favorite brand, @Evereden ???? We are OBSESSED ????

♬ Birds of a feather - ???????????????? ????????????????????????????????????

 

De igual forma, al ser figuras públicas a tan temprana edad, los niños influencers están sobreexpuestos al escrutinio público antes de siquiera ir a la escuela o tener amigos. En algunos casos, los niños muestran cada detalle de su vida y de su rutina diaria, como sus idas a la escuela, cómo es por dentro su casa y qué actividades hacen, los lugares que visitan y con quiénes se ven, todo a un clic de distancia para cualquier persona.

 

Estos niveles de explotación y abuso se han visto con anterioridad en otras formas de entretenimiento con los niños actores que en su momento alcanzaron fama y fortuna siendo muy pequeños, pero que más tarde dieron a conocer la realidad de su situación, plagada de problemas por el ritmo de trabajo al que eran expuestos.

 

Un caso muy sonado fue el de Jennette McCurdy, famosa por la serie “iCarly” que se estrenó en 2007. En 2022, la actriz publicó un libro llamado “Me alegro de que mi madre haya muerto”, en el cual sacaba a la luz cómo su madre la forzaba a seguir en el mundo del espectáculo, puntualmente en el canal de televisión Nickelodeon.

 

En su libro también habla de un “creador” que era el que perpetraba los abusos, algo que muchos le atribuyen a Dan Schneider, el productor de la serie que la lanzó al estrellado y produjo otras como “Drake y Josh” y “Zoey 101”. Esto es algo de lo que también habló la cantante y actriz Ariana Grande, quien participó en “Victorious” y “Sam y Cat”, junto a McCurdy.

 

 

Así como ellos, otros como Natalie Portman, actriz ganadora del Oscar, revelaron que en sus primeros trabajos como menores fueron sometidos al escrutinio público. A ella la acosó un locutor de radio, pues cuando era menor de edad inició un contador en reversa en el que el final llegaba cuando ella cumpliera 18 años, es decir, cuando fuera menor de edad y fuera “legal”.

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