Como lo dice la Constitución Mexicana, si en una elección un partido político no alcanza el 3 % de la votación total emitida, este perderá su registro. Tras los comicios del 2 de junio, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) fue el perdedor, un instituto de izquierda que con el paso de los años se fue diluyendo hasta que desapareció a nivel nacional y en estados como Puebla.
A nivel nacional, el PRD obtuvo el 1.8 % de los votos emitidos en la elección presidencial, por lo que el Instituto Nacional Electoral (INE) notificó su pérdida de registro como partido político. En Puebla, el “Sol azteca” apenas llegó al 1.9 %, insuficiente para salvarse, aunque su dirigente, Carlos Martínez Amador, afirmó que agotará todos los recursos legales para no sucumbir.
En sus 35 años de existencia como partido nacional, el PRD tuvo una larga historia en la izquierda, algo que también ocurrió en Puebla, un estado donde tuvo victorias relevantes y del que emanaron figuras importantes para la política estatal.
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— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) June 4, 2024
De acuerdo con la #Ley General de #PartidosPolíticos, el #PRD podría perder el #registro al no obtener el 3% de los votos de las elecciones para Presidencia, Senadores o Diputados de esta jornada electoral 2024. Así se observan las instalaciones estatales del… pic.twitter.com/9PvMzriTWs
La historia del PRD en Puebla
Como partido político nacional, el PRD se fundó en 1989, gracias a una importante figura de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas, quién juntó a los liderazgos disidentes del PRI que no estaban conformes con la dirección que tomaba el tricolor. Por décadas, el PRD se consolidó como la oposición más fuerte de izquierda, algo que también ocurrió en Puebla.
En sus primeros años, el PRD en Puebla buscó consolidarse como una fuerza de oposición ante el dominio que tenía el PRI con el entonces gobernador Mariano Piña Olaya. Para dirigir al partido, el primer presidente en Puebla fue Eduardo Fuentes de la Fuente. Luego de él llegó a la dirigencia estatal Luis Miguel Barbosa Huerta, siendo ellos dos las figuras más grandes del PRD en la entidad.
Posteriormente, su primera gran afrenta la tuvieron en las elecciones estatales de 1992, cuando postularon por primera ocasión a un candidato a la gubernatura, siendo Antonio Tenorio Adame el abanderado. Su participación no fue destacada, pues sólo juntó el 6.3 % de los sufragios, equivalente a 49,987, quedando en tercer lugar.
La década de 1990 le sirvió al Sol Azteca para ir creciendo, ya que en 1998 tuvo uno de sus mejores números en la elección para el gobierno estatal. Ese año alcanzaron una votación del 10.87 %, lo que se traduce en 152,944, es decir, más del triple de lo que vieron en la elección anterior.
En cuanto a los ayuntamientos, los perredistas crecieron en fuerza y votos obtenidos, pues en 1998 tuvieron uno de sus mejores registros, con un acumulado de 258,112, equivalente al 18.73 % de la votación emitida ese año, un crecimiento de más del doble comparado con lo obtenido en 1995, cuando llegaron a 115,297, el 9.5 % de los votos.
Con esta presencia, el PRD se convirtió en la fuerza política de izquierda más grande del estado, aunque con ello también vinieron las disputas. En 2008, luego de una serie de pleitos internos por el control del partido, se determinó que el nuevo dirigente sería Miguel Ángel de la Rosa Esparza, con quien el PRD empezó a “cavar su propia tumba”, ya que se dieron alianzas contrarias a la ideología del partido.
En las elecciones del 2010 para la elección de gobernador, el partido se alió con el que a la postre resultó ganador, Rafael Moreno Valle del PAN, en la coalición “Compromiso por Puebla”. Esto se sumó a su apoyó a planes como la privatización del agua, algo que el Congreso del Estado votó a favor, incluido el exdiputado Carlos Martínez Amador, hoy dirigente del partido.
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En los años siguientes, el PRD no pudo recuperarse y sus candidatos ya no conseguían ni los 100,000 votos. Para la “mini gubernatura” del 2017 postularon a Roxana Luna, quien apenas alcanzó los 68,353 votos. Para el 2018, 2019 y 2024, los perredistas apostaron por ir nuevamente en alianza con el PAN, aunque sólo ganaron una elección, la del 2018 con Martha Erika Alonso.
A raíz de esto también perdieron presencia en el Legislativo, ya que la última vez que tuvieron representación en el Congreso fue en 2018 con dos diputados. En 2021 y ahora en 2024, el sol azteca no logró ningún curul, lo mismo que en las diputaciones federales donde no tienen representación poblana; en 2021 se les dieron cinco candidaturas, ninguna ganada, mientras que este año sólo se les concedió una.
A lo largo de los años, el PRD en Puebla tuvo varias figuras que marcaron la política poblana, siendo el más destacado Luis Miguel Barbosa Huerta. Con el partido llegó a ser senador del 2012 al 2018, diputado federal del 2000 al 2003 y dirigente en sus inicios en Puebla. En 2017, debido a disputas con la dirigencia, renunció y se fue al nuevo partido de izquierda, Morena, con el que en 2019 llegó a la gubernatura, aunque murió antes de concluir con su periodo en 2022.
De igual forma está Socorro Quezada Tiempo, una de las fundadoras del partido en Puebla que salió del partido cuando notó el cambio de rumbo que llevaba el partido. Ella fue diputada local del 2014 al 2018 y dirigente del partido del 2014 al 2017. En su tiempo como presidenta del PRD fue perseguida política del gobernador Rafael Moreno Valle por ser crítica de su gobierno.
Ahora, el PRD está en sus últimos momentos de vida, pues el Instituto Electoral del Estado (IEE) ya nombró a una persona para liquidar al partido y planean agotar todos sus recursos con la esperanza de rescatar su registro.