“¿Y si se me voltea el calcetín?”: así impacta el machismo en la prevención del cáncer de próstata

“¿Y si se me voltea el calcetín?”: así impacta el machismo en la prevención del cáncer de próstata

Foto: FreePik

Cuando se produce una alteración en el tejido humano, hace su aparición el cáncer. Esto sucede porque las células dañadas del organismo empiezan a tener un crecimiento anómalo y sin control.

 

El ciclo normal de una célula es que, cuando comience a presentar alguna anomalía en su funcionamiento, deje de existir; sin embargo, es posible que en lugar de morir aumente su tamaño y se comience a reproducir hasta superar en número a las células que están sanas. Cuando esto pasa en la glándula encargada de producir el líquido prostático, es cuando hay cáncer de próstata.

 

El cáncer de próstata es una enfermedad en la cual las células prostáticas cambian su patrón normal al producir un crecimiento anormal celular que invade el órgano, ocasionando siembras a distancia o metástasis. Se caracteriza por la proliferación descontrolada de células en la glándula prostática. Varios tipos de células se encuentran en la próstata, pero casi todos los casos de cáncer en ese órgano se desarrollan a partir de las que producen el líquido seminal.

 

En este contexto, el 11 de junio se celebra el “Día Mundial del Cáncer de Próstata” con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre esta patología e informar de la importancia del diagnóstico preventivo y de los recursos y diferentes tratamientos a disposición.

 

Cada año en México se reportan cerca de 8,000 muertes por cáncer de próstata; además, se detectan más de 25,000 nuevos casos de esta enfermedad, la mayoría en etapas muy avanzadas.

 

Esto, a pesar de que México es el único país de América Latina que cuenta con un programa de detección temprana, el cual incluye evaluaciones nutricionales, sicológicas y físicas del paciente, estudios de laboratorio y un enfoque integral para el tratamiento en todas las etapas de la enfermedad.

 

Expresiones del machismo mexicano como “qué tal en una de estas nos va gustando y ya se nos voltea el calcetín”, “me van a violar”, “qué tal si me gusta”, “me da pena", entre otras, son las que alejan a muchos hombres de practicarse la prueba de tacto rectal, poniendo en riesgo su vida ante el cáncer de próstata.

 

De acuerdo con la Secretaría de Salud (SSA) y el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva (CNEGSR), muchos hombres no se practican una prueba de tacto rectal por miedo, burlas, homofobia, pero también porque en el imaginario masculino este tipo de prueba es interpretada como una deshonra, una violación y una afrenta a la masculinidad.

 

La Asociación Mexicana de Lucha Contra el Cáncer (AMLCC) hace mención que la idiosincrasia mexicana, lamentablemente, ha perpetuado la creencia de que el tacto rectal afecta la virilidad del hombre, motivo por el cual muchos hombres se niegan a efectuarse el estudio.

 

Asimismo, señala que en México la mayoría de los hombres no se hacen los estudios para la detección oportuna de este cáncer, ya sea por miedo, desconocimiento, por no tener acceso a las pruebas de laboratorio e incluso por actitudes de macho y de que “no pasa nada”; por lo que la enfermedad suele detectarse ya en etapa avanzada, limitando los tratamientos y las posibilidades de curarse.

 

Destaca que ser hombre no es el que arriesga su vida por prejuicios, dejando a su familia sin su protección, sino el que toma las medidas necesarias para poder detectar a tiempo un cáncer de próstata y poder salvarse para seguir cuidando a su familia por muchos años más.

 

El cáncer de próstata puede ser detectado gracias a la prueba de antígeno prostático, pero el examen que permite confirmar un diagnóstico es el tacto rectal, ya que el 80 % de la próstata, donde crecen los tumores, está al alcance del dedo del médico tratante.

 

El cáncer progresa en cuatro etapas. La primera es prácticamente indetectable, pero se puede identificar por medio de la prueba de antígeno prostático. En la segunda etapa es identificable mediante la autoexploración. En su tercera etapa, el cáncer abarca toda la próstata y se extiende más allá de la grasa que la rodea. Y finalmente, en la última etapa, el cáncer invade el recto, la vejiga o los huesos.

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