El que por décadas fue el partido político predominante en México, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), hoy está sumido como la cuarta o quinta fuerza política del país. Para algunos militantes esto es en parte responsabilidad de su líder nacional, Alejandro Moreno, con quien dicho instituto ha perdido lugar y ahora piden que deje al partido antes de que lo haga perder su registro.
Para hablar sobre el panorama del tricolor, Rocío García Olmedo, ex diputada local con el PRI, sostuvo que lo ideal para el tricolor es que “Alito” Moreno deje la dirigencia del partido, pues está el riesgo de perder el registro en otras elecciones. Asimismo, habló sobre los nombres que podrían darle al Revolucionario Institucional una nueva forma de afrontar el futuro en la política de México.
García Olmedo señaló que hoy en día el PRI está en medio de los trabajos para la celebración de una asamblea nacional en la que se discutirá el futuro del partido. Detalló que antes hubo un Consejo Nacional para informar de la asamblea y comenzar con la organización de la misma, en la que, algunos apuntan, “Alito” iría en búsqueda de la reelección en la dirigencia del partido.
Si bien la asamblea está dentro de los estatutos del partido para la renovación de la dirigencia, lo ideal, apuntó Rocío García, sería que se hubiera nombrado a alguien encargado del despacho para esos trabajos y Alejandro Moreno se separe del cargo de dirigente y se concentre en la senaduría en la que se inscribió en primer lugar de la lista nacional.
“Por todo lo que se ha generado en torno a la dirigencia de él (Alito Moreno), y todo lo que se ha documentado sobre la persona de él, lo conveniente sería que él ya se dedique a su senaduría y que dejara ya en manos de otra persona la conducción de esa asamblea y la definición de la misma”, sentenció García Olmedo.
Esto se suma a las voces de militantes priistas que piden la renuncia de Alejandro Moreno al considerar que ya no aporta al crecimiento del partido; sin embargo, aún tiene la posibilidad de una reelección como líder nacional del tricolor. Nuestra entrevistada reiteró que desde este momento otras personas deben tomar el control de la Asamblea Nacional del PRI y Alito se debe mantener al margen.
Desde que Alito Moreno es presidente del PRI, el partido ha perdido presencia con cada elección que pasa. En 2018 lograron 9’289,853 votos con un candidato propio a la presidencia; este año, con una candidata emanada de otro partido en coalición con el PAN y el PRD, lograron 5’736,759 votos, por lo que algunos creen que su registro está en riesgo para futuros comicios.
Ante esto, la exdiputada señaló que “si la flecha va hacia abajo, como está siendo hasta este momento, por supuesto que la respuesta tendría que ser obviamente que sí, se encaminaría hacia ello (la pérdida del registro)”.
Desde su punto de vista, para empezar a revertir la crisis por la que atraviesa el PRI, se debe empezar por una reorganización de la base social. En este sentido, dijo que quienes aspiren a la dirigencia, deben tener este punto como prioridad para encaminar el partido hacia un nuevo rumbo.
No obstante, dijo que si bien hay personas que cumplen con este perfil, no han sido tomadas en cuenta para las labores en el partido. Para ella, quienes podrían tomar al partido, una vez emitida una convocatoria, son la exdiputada Dulce María Sauri, la senadora Beatriz Paredes, Enrique de la Madrid u otros más que pudieran hacer un mejor papel que el que actualmente hace Alito Moreno.
En el caso de Puebla, actualmente la dirigente es Delfina Pozos, futura diputada local, a quien precedió Néstor Camarillo, hoy senador electo. Rocío García Olmedo señaló que ninguno de ellos tendría que seguir en el futuro como dirigentes del PRI y, al igual que en el plano nacional, un grupo al interior del partido debería tomar el partido hasta que se defina el futuro del instituto.
Sobre la salida de priistas que tenían estructura y se la llevaron consigo, como el titular de la SEP, Jorge Estefan Chidiac, dijo que tienen la tarea de construir nuevamente una base social. Ese debería ser el enfoque con el que se aborde la renovación del partido y de quién pudiera liderar el partido en los próximos años.