Pasan los años y la Selección Mexicana no termina de tocar fondo

Pasan los años y la Selección Mexicana no termina de tocar fondo

Foto: X/ @miseleccionmx

Este miércoles, la Selección Mexicana de futbol sucumbió ante su similar de Uruguay, 4-0 en partido amistoso que se jugó en el Empower Field at Mile High, casa de los Denver Broncos de la NFL. Fue un encuentro que decepcionó a la afición y que deja abierta de nuevo la pregunta de si realmente vendrá la reingeniería tras el fracaso en el Mundial de Qatar.

 

El exmundialista Alberto García Aspe hace apenas unos meses, cuando México perdió la final de la Nations League frente a Estados Unidos, manifestó: "Ojalá se vayan muchos más jugadores mexicanos a Europa, pero para eso tienes que trabajar aquí para hacerlos y debes tener buenos formadores, y no los tenemos. Hoy las fuerzas básicas de muchos equipos, porque me tocó vivirlo, son una porquería, porque no se le invierte y no hay ascenso ni descenso. Esa es la realidad y los directivos no lo quieren ver”,

 

Otro de los principales obstáculos es que, en general, el jugador mexicano está creciendo en una zona de confort. Sigue siendo un país que siente que está jugando en la mejor liga del mundo, siguen siendo jugadores que no terminan de tener educación deportiva, tienen sueldos estratosféricos, patrocinios, personas que se sienten inalcanzables.

 

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Tomando como referencia el último partido oficial que fue contra Estados Unidos (ya que muchos justificarán que el duelo frente a Uruguay fue amistoso y se prestó a muchos cambios) en la final de la Nations League, con una derrota de 2-0, se volvieron a desnudar las fallas estructurales que mantienen al futbol mexicano en una espiral de crisis en esta década y desde más allá. Las fallas que saltan a la mesa son, entre otras, la escasa participación de jugadores nacionales en Europa, la baja de calidad en fuerzas básicas y un nulo proyecto nacional de captación.

 

México tiene un rezago enorme a nivel formación masiva, no necesariamente a nivel de formación de equipos. Aquí hay 18 equipos formados y en Estados Unidos hay 18,000, ya que es un tema de proyecto-país. Hoy Estados Unidos tiene, quizás, 20 o 50 veces más jugadores que México a un nivel competitivo y formativo.

 

Para el entrenador de la Selección Mexicana, Jaime Lozano, después de la derrota, la diferencia es la cantidad de jugadores que tiene EU en clubes europeos. "Tener jugadores en las mejores ligas te da otros contextos, competencia a nivel internacional, es formar mejor y vender a edades tempranas, es lo que mejor nos puede pasar”.

 

 

México, actualmente cuenta con 25 representantes en Europa, aunque algunos de ellos están en ligas de poco renombre como las de Andorra, Kosovo y Bulgaria. Entre Inglaterra, España, Italia, Países Bajos y Portugal la lista es menor a 10 futbolistas nacionales.

 

Pero este panorama va más allá de esa postura. El fracaso de la Selección Mexicana en Qatar 2022 prometía una renovación y reestructuración del futbol nacional, las cuales no han llegado. Los dirigentes prometieron eliminar el “repechaje”, lo cual no ocurrió y ahora es un play-in; prometieron incentivar la exportación de jugadores y sucedió lo contrario, pues futbolistas como Gerardo Arteaga (25 años) y Diego Lainez (23 años) volvieron a la Liga MX. Prometieron también para 2026 eliminar la multipropiedad y, ahora mismo, no hay un inversor firme para que se concrete. Además, el utilizar a siete jugadores no formados en México sigue siendo un freno para el desarrollo de jóvenes y mantener la competición sin ascenso ni descenso es una de las decisiones más criticadas.

 

En los últimos 16 años, han sido 14 estrategas diferentes los que han tomado el mando del equipo y con muchos de ellos yéndose de manera abrupta por lo complicado que es estar al frente del seleccionado y las presiones de toda índole que la rodea.

 

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Antes de Jaime Lozano, Diego Cocca solo dirigió 7 partidos y fue cesado tras perder la semifinal de la Nations League 2022-2023; se vivió el caótico mundial con la dirección técnica Gerardo Martino; los constantes "experimentos" de Juan Carlos Osorio; el proyecto con Miguel Herrera, quien sólo duró de 2013 a 2015 en el cargo y dirigió apenas 36 partidos antes de salir por la puerta de atrás.

 

Víctor Manuel Vucetich fue el caso más claro de un proceso efímero, al ser llamado de emergencia en la eliminatoria mundialista rumbo a Brasil 2014 en la que estuvo en los dos últimos duelos, pero tras clasificar de rebote los federativos decidieron cortarlo de manera inesperada.

 

Sven-Göran Eriksson tuvo otra gestión muy corta, a pesar de que el sueco llegó con un gran cartel tras sus trabajos en Europa, pero luego de 13 juegos dirigidos en el que se tambaleó la eliminatoria rumbo a Sudáfrica 2010 mejor se optó por destituirlo.

 

Hugo Sánchez es un ejemplo más de proyectos que se fueron antes de lo previsto, ya que, con menos de 30 partidos comandados, fue cesado tras el doloroso fracaso que se vivió en el preolímpico para Beijing 2008.

 

Javier Aguirre también entra en esta lista, pero con sensaciones diferentes ya que el “Vasco” llegó como bombero para rescatar las eliminatorias para los Mundiales del 2002 y 2010, aunque ya en los Mundiales no pudo llegar al quinto partido y decidió mejor irse y no tomar un proceso completo.

 

 

La Selección Nacional de México es un combinado histórico; sin embargo, a pesar de la popularidad del futbol en el país, no se ha podido progresar por años en el aspecto deportivo por muchas razones, pero independientemente de eso, el tricolor vivió uno de sus momentos cumbre en la Copa América Ecuador 1993.

 

Encabezado por Hugo Sánchez, el equipo nacional de futbol de México saltaba al terreno de juego del Estadio Monumental para disputar su primera final de Copa América, en calidad de invitado. ¿El rival? Argentina. Uno de los equipos más poderosos y emblemáticos de Conmebol.

 

México, dirigido en aquel entonces por Miguel Mejía Barón, accedió a la gran final contra todos los pronósticos. Fue una selección que vino de menos a más en el torneo hasta ser capaz de desplegar un futbol alegre y ofensivo que fue dejando en el camino a sus rivales. Jugadores como Jorge Campos, Claudio Suárez, Alberto García Aspe, Luis Roberto Alves “Zague” o Benjamín Galindo fueron ejemplos de que México tenía la capacidad de pararse de tú a tú contra los mejores equipos de Sudamérica.

 

 

Después de sortear una complicada fase de grupos, México accedió apenas a la siguiente ronda donde las cosas cambiaron de manera notoria. En un gran partido jugado en el Estadio Olímpico Atahualpa, México venció de manera convincente a Perú con un 4-2 categórico. Dicho encuentro resaltó por una de las anotaciones más bellas de México en torneos internacionales: aquel anotado por Luis Roberto Alves Zague.

 

El resultado puso a México en las semifinales de la Copa América en contra de Ecuador, que en su condición de local tenía la etiqueta de favorito. México desplegó un futbol ofensivo y práctico y dejó a los ecuatorianos sembrados en el camino al vencerlos 2-0. Con ello, México accedía a la gran final para medirse por segunda ocasión en contra de Argentina.

 

El encuentro final contra Argentina resultó ser complicado. La primera mitad se fue con empate sin goles. Para el segundo tiempo, el enfrentamiento se definió con un par de anotaciones del delantero de la Fiorentina de Italia Gabriel Batistuta a los 63 y 74 minutos para que los albicelestes volvieran a ganar una Copa América desde 1937 (la cual es, por cierto, la última que han obtenido). Por su parte, México descontó el marcador a los 67 minutos gracias al penal cobrado de manera impecable por Benjamín Galindo, engañando por completo al arquero Sergio Coycoechea.

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