Después de una jornada electoral histórica, los resultados dan como ganadora a Claudia Sheinbaum Pardo, de Morena, como la primera presidenta en la historia de México con una amplia diferencia. Esto se da a pesar de que su rival más cercana, Xóchitl Gálvez Ruiz de “Fuerza y Corazón por México” se declaró ganadora sin sustento de su hipotética victoria, algo que se repitió en otros escenarios.
Xóchitl Gálvez salió a anunciar que fue ella quien ganó sin ofrecer ninguna fuente que respalde sus dichos. Más tarde, cuando se dieron a conocer los resultados del PREP y el Conteo Rápido, la candidata de oposición, lejos de aceptarlo, insinuó que se trataba de un posible fraude electoral. No fue hasta casi la madrugada cuando, finalmente, admitió su derrota y la victoria de Sheinbaum.
En lugares como Puebla, Ciudad de México, Jalisco y Yucatán, los candidatos salieron un par de horas después de que cerraron las casillas para afirmar, con gran ánimo, que ganaron sus respectivas elecciones. Cerca de la medianoche, cuando se dieron las primeras cifras oficiales, esos ánimos cambiaron al darse cuenta de que los electores no les favorecieron y los resultados fueron distintos.
En las últimas elecciones se ha visto cómo los candidatos se proclaman victoriosos, mientras que algunos, ante los evidentes resultados, no les queda más que aceptar su derrota.
En 2018 aceptaron la derrota rápidamente
En las elecciones federales del 2018, la contundente victoria de Andrés Manuel López Obrador no dejó lugar a dudas ni espacio para que sus rivales se pudieran declarar ganadores. AMLO ganó la elección con el 53.19 % de preferencia, lo que equivale a 30’113,483 votos, por lo que no hubo margen para que sus tres rivales se pudieran anunciar como virtuales ganadores de la contienda.
Hace seis años, el 1 de julio, el primero en aceptar la derrota fue José Antonio Meade del PRI, quien a las 21:08 horas aceptó su derrota ante el hoy presidente, aclarando que las tendencias no le favorecían. Tuvo una de las participaciones más pobres para un representante del PRI, ya que apenas juntó 9.2 millones de votos, lo que se traduce en el 16 % de la participación de ese año.
#EnVivo. Mensaje a medios. https://t.co/MDM5EXZmJR
— José Antonio Meade???????? (@JoseAMeadeK) July 2, 2018
Minutos más tarde, Ricardo Anaya del PAN salió con el mismo mensaje cerca de las 21:40 horas, momento en el que reconoció el triunfo de López Obrador, pues sólo tuvo 12.6 millones de sufragios, el 22.27 % del total emitido. De hecho, Ricardo Anaya fue el único que admitió que habló minutos antes con AMLO para externar sus felicitaciones por la victoria en la justa presidencial.
Esa fue, hasta este año, una de las elecciones más recientes con las que se ganó una presidencia, ya que entre el primero y el segundo lugar hubo una diferencia de casi 18 millones de votos, por lo que no quedó lugar para la especulación para que algún candidato se autoproclamara ganador.
En el ámbito local, en Puebla ocurrió algo diferente, pues los principales candidatos se proclamaron ganadores. Martha Erika Alonso del PAN y Miguel Barbosa Huerta de Morena, salieron esa noche para anunciarse como ganadores, aunque esa elección fue una de las más cerradas. En los hechos, tardaron meses hasta que se dio a conocer a la ganadora real.
Si bien las encuestas de salida y el PREP le dio la victoria parcial a Martha Erika Alonso, el margen de su virtual triunfo era de pocos puntos. En su momento ella tenía el 38.04 % de las preferencias, mientras que Barbosa se ostentaba con el 34.22 % de los sufragios. Esta mínima diferencia dio como resultado que el morenista impugnara la victoria de la panista, por lo que el tema se llevó hasta los tribunales.
La discusión escaló a tal grado de que hasta el 14 de diciembre del 2018, el Tribunal Electoral del Poder Judicial la Federación (TEPJF) declaró válido el triunfo de la panista con solo un voto de diferencia por parte de los magistrados, por lo que Barbosa siguió alegando que hubo un fraude electoral en su contra.
Martha Erika Alonso se convirtió en la primera mujer gobernadora de Puebla, aunque sólo duró 10 días en el cargo, pues murió el 24 de diciembre del 2018 en un accidente aéreo. Después de eso, Barbosa siguió sin reconocer el triunfo y en la elección extraordinaria del 2019 se volvió a postular, esta vez ganando sin mayor oposición.
¿Por qué se declaran ganadores?
Aunque en cada elección hay situaciones donde un candidato es el claro favorito, los otros siguen anunciándose como ganadores. Esto tiene diferentes motivaciones y se hace como una forma de generar presión ante una posible contienda con resultados parejos.
Lo primero es que se hace con la intención de influir en la opinión pública, pues al declararse ganadores, los candidatos buscan crear la percepción y la imagen de que su campaña fue exitosa y se reflejó con una buena recepción de votos. Esto puede afectar la opinión de los votantes y generar la idea de que, al final, las diferencias entre uno y otro candidato no eran tan grandes.
Por otra parte, también está el objetivo de erigir presión sobre las autoridades electorales, algo que se vio ayer con Xóchitl Gálvez. Al afirmar que ya había ganado, la candidata opositora puso presión sobre el INE, al punto de que hubo quienes sí creyeron que ella ganó y hoy pretenden acusar un fraude electoral luego de que no se validaron sus declaraciones.