Desde la noche del martes Argentina se quedó sin gas. El sistema entró en estado de emergencia y el suministro se interrumpió, la causa: el gobierno del libertario Javier Milei no tenía dólares para pagar la importación de gas a Brasil. Esta es la triste crónica de una quiebra anunciada, ¿qué pasa?
Javier Milei asumió la presidencia de Argentina el 10 de diciembre de 2023 con un discurso de “Vida y Libertad”, votado en su mayoría por las clases medias que habían sido azuzadas de que la continuidad de los gobiernos de izquierda llevaría a la dictadura comunista. Hasta aquí, cualquier parecido con otro país no es mera coincidencia, una mala decisión electoral llevó a los argentinos al regreso del neoliberalismo.
Milei autodefinió sus políticas como libertarias radicales, aunque en la práctica aplica la misma receta neoliberal: recortó el gasto público, devaluó la moneda, congeló los salarios e inició el desmantelamiento del estado. En su momento, en esta columna le auguramos entre 3 y 6 meses para el desastre, no era adivinanza, era una historia que los mexicanos ya conocíamos desde la década de los ochenta.
En economía se llaman políticas de shock y se utilizan para reducir la inflación a costa de reducir el consumo de las personas; ¿cómo decirles a las personas que reduzcan su consumo?, quitándoles el ingreso, ¿cómo?, aumentando el desempleo. El aumento en el desempleo le llamamos tasa de sacrificio y esa relación se representa en la Curva de Phillips. Todo está perfectamente teorizado, así lo aplicó Milei.
Los resultados son escabrosos, en cinco meses la pobreza aumentó 7 puntos porcentuales, al pasar de 45 a 52%; el poder adquisitivo de los salarios cayó un 30%; el desempleo formal llegó al 7%, mientras que el no registrado se ubica en 43% y es que tan sólo en el mes de marzo (último dato disponible) la economía cayó 8% que es muy similar a la caída durante el confinamiento por la pandemia de Covid-19. En la siguiente gráfica se observa que el nivel de actividad al mes de marzo es igual al de enero de 2021, se borraron 3 años de crecimiento y se prevé que la economía no crecerá hasta finales de año, por lo que seguirá cayendo.
Lejos de mejorar, la crisis en Argentina todavía no toca fondo. A partir de junio iniciará la desincorporación (preparación para la privatización) de las empresas estatales lo que significa el recorte a la plantilla laboral, entre 80 y 120 mil empleos podrían perderse tanto en el sector público como en el privado en el siguiente trimestre. A la par se reducirán los subsidios en los energéticos: gas, nafta (gasolina) y electricidad, por lo que se esperan alzas de entre 100 y 500%, lo que será impagable para muchas familias.
Algunas estimaciones de la Conferencia Episcopal de la Iglesia Católica en Argentina indican que 3 de cada 10 argentinos se están quedando sin comer y denunciaron que los comedores populares de la era Kirshner ya no reciben apoyos estatales. El gobierno de Milei mantiene retenidas más de 5 mil toneladas de alimentos que compró el gobierno anterior para que las familias más pobres puedan alimentarse; a pesar de un fallo de la Corte de justicia argentina, Milei ha dicho que no repartirá los alimentos.
Elaboración propia con datos de INDEC
Mientras tanto, Milei se la pasa de gira, en 5 meses ha tenido 5 viajes internacionales, ahora mismo, en medio de la crisis por el desabasto de gas, el presidente está en Estados Unidos hablando de sus “triunfos económicos” y declarando con descaro que “cuando la gente se muera de hambre, no será tonta, la gente buscará soluciones, por lo que el Estado no debe intervenir” (sic).
El triunfo económico que presume Milei es haber logrado un superávit fiscal (cuando los gastos del gobierno son menores a los ingresos). Pero por la forma en que lo obtuvo, decimos en economía que es un superávit “espurio” o “trucho” le dicen los colegas argentinos.
El sentido de un superávit es que el Estado reduzca racionalmente los gastos y genere ahorros; pero el superávit de Milei se obtuvo dejando de pagar las obligaciones: no pagó a los proveedores de medicamentos y hoy Argentina enfrenta el mayor desabasto de fármacos en medio de la mayor crisis de dengue. No pagó a las universidades y hoy adeudan la nómina de profesores. Suspendió la obra pública y no pagó a sus proveedores de gas. Tampoco ha pagado a sus proveedores de electricidad por lo que no sería sorpresivo que inicien apagones justo ahora que llega un invierno pronosticado como atípicamente más frío.
Los argentinos estaban advertidos, muchos se sienten engañados. Tomemos la experiencia de nuestros hermanos latinoamericanos y esperemos que sus malas decisiones no se contagien al resto de la región. Mucho ojo.
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Twitter: @BandalaCarlos