En la era digital, el uso constante de dispositivos como teléfonos inteligentes, tabletas, laptops y televisores, se convirtió en una preocupación para la salud visual, según indican varias investigaciones médicas.
Estos dispositivos, aunque son indispensables tanto para trabajar como para entretenerse, emiten luz y requieren un esfuerzo ocular constante para enfocar, lo que afecta gradualmente la retina. Este órgano es de suma importancia para recibir y transmitir imágenes al cerebro a través de los nervios ópticos.
La retina es una capa sensible en la parte posterior del ojo y se encarga de convertir la luz en señales interpretadas como imágenes por el cerebro; sin embargo, está en riesgo debido al uso prolongado de pantallas. Los estudios muestran que los usuarios pasan aproximadamente 400 minutos al día frente a dispositivos electrónicos, muestra de la dependencia tecnológica y sus efectos sobre la vista. Pero este hábito puede traer afectaciones como:
- Visión borrosa o doble.
- Ojos secos e irritados.
- Sensibilidad a la luz.
- Fatiga visual.
- Dolores de cabeza.
Todos estos síntomas son parte del “síndrome de visión por computadora” o “fatiga visual digital”, una condición cada vez más común debido al esfuerzo ocular constante y a la exposición de la luz azul de las pantallas.
Sin embargo, para reducir estos efectos, los expertos recomiendan:
- Reducir el tiempo frente a las pantallas.
- Evitar su uso en lugares oscuros.
- Parpadear con frecuencia.
- Ajustar la posición de las pantallas.
- Hacer pausas de manera regular.
- Usar filtros antirreflejantes.
- Disminuir la intensidad del brillo de las pantallas.
Adoptar estas prácticas puede ayudar a los usuarios a seguir disfrutando de sus dispositivos sin comprometer su salud visual a largo plazo.