En un giro inesperado en la política mexicana, Alejandro "Alito" Moreno, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), propuso un audaz intercambio de renuncias con Jorge Álvarez Máynez, candidato presidencial de Movimiento Ciudadano. Moreno sugiere que si Máynez declina en favor de Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, él dejará su liderazgo en el PRI y su candidatura al Senado. Este anuncio de muerte cruzada que se realizó en una conferencia de prensa el 14 de mayo, busca una consolidación de fuerzas contra el partido Morena, actualmente liderando las encuestas.
La respuesta de Máynez no se hizo esperar. En una entrevista con la periodista Azucena Uresti, afirmó que la posibilidad de apoyar a Gálvez "ni siquiera está sobre la mesa", aunque dejó abierta la posibilidad de discutir futuras colaboraciones después del tercer debate presidencial. Posteriormente, a través de un video en X, Máynez respondió sarcásticamente a Moreno, instándolo a renunciar primero como un gesto de buena voluntad.
Durante su intervención, Moreno argumentó que su propuesta busca promover el "voto útil" para derrotar a Morena y su candidata, Claudia Sheinbaum, quien lidera las preferencias electorales. Moreno también prometió ceder los tiempos de televisión y radio restantes de su partido a Gálvez, con el objetivo de reforzar su campaña en las semanas finales. Si bien no lo hizo explícito, la estrategia de muerte cruzada política marcó un nuevo matiz en la contienda electoral.
Por otro lado, Máynez ha capitalizado su desempeño en los debates para ganar tracción en las encuestas, donde afirma estar en segundo lugar, superando a Gálvez. Su estrategia se ha centrado en distanciarse de la "vieja política" representada por el PRI y el PAN, buscando presentarse como una alternativa fresca y libre de prácticas corruptas.
Esta confrontación entre Moreno y Máynez pone en relieve las nuevas reglas de juego en el panorama político mexicano de cara en las elecciones del 2 de junio. Con el tiempo disminuyendo y la presión aumentando, los movimientos estratégicos de los candidatos y sus partidos podrían ser cruciales para definir el próximo liderazgo del país. La estrategia oficial, misma que rompió con todas las viejas prácticas, pone a la cabeza de la campaña oficialista al propio Presidente de la Nación. Mientras tanto, la oposición busca mediante una estrategia de muerte cruzada política mitigar el avance oficialista y reanudar el ascenso en las preferencias. (Notipress)