En el hospital 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Baja California, una mujer que recién había dado a luz apuñaló a sus dos gemelas minutos antes de salir del hospital, quitándole la vida a una de ellas. Si bien todavía no hay una conclusión de qué pudo llevar a la madre a actuar de esa manera, las primeras versiones señalan que pudo tratarse de un cuadro de depresión postparto.
La delegada del IMSS en Baja California, Desireé Sagarnaga, dijo que la madre de 23 años ingresó al nosocomio para el nacimiento de sus hijas, programado el lunes mediante cesárea. Cuando la dieron de alta, se quedó a solas con las recién nacidas poco antes de salir del hospital, tiempo en el que tomó unas tijeras y apuñaló a las gemelas, matando a una y dejando a la otra herida.
Mientras que el padre fue llevado al ministerio público para declarar, la madre sigue bajo custodia de las autoridades en el hospital, donde la valoran sicológicamente para indagar qué pudo llevarla a cometer tal acto. Según Fátima Borrego, jefa de Prestaciones Médicas del IMSS, este podría ser un caso de depresión postparto o de factores similares como la ansiedad o estrés laboral.
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Cuando se habla de la maternidad, no siempre se aborda la parte negativa que esta trae consigo, como lo son los trastornos sicológicos derivados del parto o la presión que conlleva el hecho de convertirse en madre. Es ahí donde cobra más relevancia la depresión postparto, ya que este es un padecimiento que suele darse cuando una mujer se convierte en madre.
Muchas madres que dan a luz a un bebé pueden desarrollar cuadros de melancolía postparto, algo que se presenta casi de inmediato y viene acompañado de episodios de ansiedad, crisis de llanto y dificultad para dormir. Esta se da en los dos o tres días posteriores a las labores de parto, pero por lo general no requiere tratamientos mayores y se va dos o tres semanas después.
No obstante, la depresión postparto es algo más complejo y con posibles efectos graves que duran más tiempo. También puede denominarse depresión perinatal, que ocurre semanas antes de la labor de parto y persiste cuando el bebé ya nació, pues en algunos casos aparece entre la semana dos y ocho después de dar a luz, o hasta un año después de que nació el hijo.
Las madres que entran en un cuadro de depresión postparto, generalmente la primerizas, llegan a sentirse inútiles luego de dar a luz, presentan pérdida del apetito, dificultad para dormir, además de sentirse abrumada por la situación. Otros síntomas son similares a los de la depresión común, incluyendo la tristeza, poca energía, anhedonia (incapacidad de sentir placer o disfrutar las cosas), baja autoestima e incapacidad de concentración.
La depresión postparto se distingue porque afecta a las madres con la sensación de agobio, llanto persistente, nula conexión emocional con su bebé y dudas sobre la capacidad de llevar a cabo las labores de cuidado con el hijo y con ella misma. Lo anterior deriva en que las madres pierden todo interés en ellas mismas y en su bebé, por lo que dejan de alimentarse y alimentarlo él, y, en los peores casos, buscan lastimarse y lastimar al neonato.
Las ideas de querer hacerse daño no dejan de ser meros pensamientos pasajeros, pero dependiendo del estado mental de la madre, estos pueden materializarse con daños reales, como se presume ocurrió en el caso de la madre y sus gemelas en Baja California.
La depresión postparto no tiene una causa bien definida, aunque se cree que podría deberse a los cambios físicos y hormonales a los que se somete una mujer embarazada y los que luego pasan cuando se da a luz. Sin embargo, también entra en juego el factor de la presión social que existe en torno al rol que implica ser madre, la obligación de cuidar un bebé, en muchos casos sola, con la presión de “hacerlo bien”, aunado a un nulo acompañamiento de la pareja, son la combinación que deriva en depresión postparto.