Los tiempos cambian y con ello también las personas, ya que las generaciones de antes no son, ni de cerca, como las de sus padres y mucho menos como las de sus abuelos. Quienes no están exentos de esto son los niños, ya que sus conductas, hábitos y formas de diversión han mutado y lo que vemos en la actualidad no se asemeja a lo de hace 50 o 60 años.
Con motivo del Día del Niño, es menester hacer una recopilación de cómo eran los infantes antes y cómo son ahora, ya que con el paso de los años, las costumbres y los hábitos se han transformado, haciendo que una generación y otra sean diametralmente opuestas. Atrás quedaron los juguetes de madera y los juegos en la calle con los amigos, pues hoy reina la diversión con móviles y consolas.
Y es que la tecnología se ha convertido en la principal diferencia entre una generación y otra, pues en la actualidad es la forma predilecta de diversión y convivencia entre los menores. Por el contrario, los niños de antes sólo tenían la opción de verse y jugar cara a cara en la calle y en los parques.
¿Cómo eran las infancias de antes y cómo son las de ahora?
Quizá uno de los cambios más notables es la forma en que los infantes juegan y se divierten. Los niños de antes preferían ir a convivir con juguetes como carritos, canicas, juguetes de madera y, en su mayoría, jugaban al aire libre con sus amigos. En esos momentos reinaba la imaginación que tenían que usar los niños para crear sus juegos con sus propias reglas.
Tazos, la cuerda, el juego de la botella, el avioncito, la rayuela, la basta, el yoyo, el trompo, el balero, las escondidas, el memorama y otros más, eran los más ansiados por los niños del pasado.
En contraste, niños y niñas de hoy prefieren pasar más tiempo en casa con sus dispositivos electrónicos, ya sean celulares, tabletas, computadoras y consolas de videojuegos, o simplemente en la televisión, las pantallas acaparan la atención de los menores en nuestros días. Se sabe que los niños pasan más de cinco horas al día frente a la pantalla, aunque lo ideal es que no pasen más de dos.
Un aspecto que también cambió es la salud, ya que antes los menores podían morir de enfermedades que hoy son curables y se evitan con tan sólo una vacuna. Por ejemplo, el tétanos era una de las enfermedades más mortíferas para los niños, algo que se expone en un estudio llamado “La mortalidad por tétanos en menores de un año en México entre 1979 y 1982”.
Dicho estudio refiere que en 1970 morían 27.19 por cada 100,000 menores de un año, mientras que en 1979 la cifra disminuyó a 1.39 por cada 100,000. Hoy en día sólo se registran 26 casos anuales desde el 2015. Así como esta, otras afecciones como la influenza, gripa y el polio, enfermedad erradicada en el país, han dejado de ser mortales para los niños mexicanos.
No obstante, algo que es diferente para mal son los índices de obesidad infantil, pues hace 50 años en todo el mundo se calculaba que había cerca de cinco millones de niñas con obesidad y seis millones de niños. Ahora, de acuerdo a The Lancet, las cifras son de 50 y 74 millones, respectivamente.
Un aspecto más que se transformó fue el sistema educativo, ya que antes se basaba en gran parte en un modelo de memorización y la educación era un derecho al que sólo tenían acceso unos cuantos. Durante los últimos 50 años los niños el acceso a la educación se hizo más grande, pasando del 25.8 % de analfabetismo en 1970, al 4.7 % en 2020.
Respecto al modelo educativo, hoy se busca que los menores aprendan de manera crítica y con incentivo a su creatividad. También se tienen a la mano otras herramientas, pues el ábaco fue relegado por los teléfonos y las computadoras que se usan para el estudio.
Finalmente, otros aspectos que ya no son iguales en comparación con los niños de otra época son los gustos y comportamiento de las infancias. Antes las preferencias y conductores de los niños se alineaban a los valores y la influencia familiar, la escuela y los medios convencionales.
Ahora, la mayoría de los infantes tienen a su disposición otros medios que intervienen en la formación de su personalidad. Redes sociales, influencers y una creciente tendencia a cuestionar el establishment marcan la forma en que los menores adoptan conductas, se relacionan con otras personas y desarrollan sus gustos.