Una semana de mártires. Sí, mártires de la política, de aquellos que no pudieron concretar sus planes para cumplir, con sentido común y responsabilidad, con los potenciales votantes. Y de los que tuvieron que tragar sapos sin hacer gestos, aguantarse, aunque fuera en detrimento de su buena imagen.
El primer caso es de Mario Riestra, candidato a la presidencia municipal de la capital por el PAN, PRI, PRD y PSI. Y es que además del martirio, la frustración invadió su cuarto de guerra, porque el candidato del partido rival simplemente huyó al debate. En esta vida, el que quiere un cargo de elección popular, sí o sí tiene que debatir y si no lo hace, solito se echa la soga al cuello.
¡Pero Riestra!, ¡qué culpa tiene Riestra de que su adversario político haya puesto tierra de por medio! Riestra acabó frustrado; en un chico rato hasta tendrá que ir con el sicólogo para que le ayude a superar este momento tan decepcionante.
Pobre de Mario Riestra, tener los tompiates bien puestos para debatir y no tener un rival digno para demostrarlo. Tiene un consuelo: él sí es un buen político.
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Y luego nos vamos con Alejandro Armenta, porque este domingo tuvo que tragar sapos y sin hacer malas caras. En efecto, se comportó como todo un político de altura: ni gestos ni enojos ni muestras de frustración.
¿Que por qué se comportó a la altura? Pues porque tuvo que compartir acto de campaña con dos personajes impresentables: Mario Delgado, dirigente de Morena, y -no se ría- Nay Salvatori, esa señora que le gusta la comedia ramplona a costa de ciudadanos que han tenido la mala suerte de caer en las garras de pillos.
Ese Mario Delgado solo vino para “convencer” a los mexicanos ahorradores que la 4T no los quiere desvalijar y dejarlos sin su afore… Nadie le creyó.
Y respecto a Nay Salvatori… ¡por favor, no se ría!
Bien por Alejandro Armenta, se comportó como todo un buen político.
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¿Y Fernando Morales?, ¿dónde anda el buen potrillo Fer Morales? Esperemos que haciendo campaña donde la gente escuche sus propuestas. No sea que otra vez se plante en un crucero para hacer desfiguros y considere a un policía como archienemigo político.
Pero si está ante el electorado, que no deje de lado su buena propuesta de privatización de las prisiones, porque asegura que así se combate las actividades criminales que salen de ahí. Es una propuesta que ningún candidato, de ningún nivel, ha hecho. Creo que eso es mejor que la propuesta de Xóchitl Gálvez de edificar, al estilo la farmaciototota de don López, unas megacárceles.
Asimismo, esperemos que Fer Morales no imite lo que hace el risueño Jorge Máynez, que solo hace campaña un par de días a la semana y en la comodidad y seguridad de las universidades.