Una vez más el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) está dando de qué hablar porque mes con mes da informes de que la inflación en todo el país va a la baja, algo que ya se presume como un logro; no obstante, los datos que reporta la dependencia no son algo que se refleje en la economía de los mexicanos, ya que los precios de los productos básicos se mantienen altos.
Según el INEGI, la inflación en México se situó en 4.40 % durante febrero. Es una tendencia que el mismo organismo ha demostrado por meses, ya que en enero la inflación era de 4.88 %, en diciembre del 2023 era de 4.66 %, noviembre fue de 4.32 % y en octubre de 4.26 %.
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Si bien esta es una tendencia que se nota desde hace casi medio año, en los hechos la economía familiar no lo ve reflejado, ya que los precios de la canasta básica se mantienen como hace un año. En algunos centros comerciales esta no baja de los 800 pesos y tiene máximos de hasta 1,800, por lo que no se ve el impacto de esa baja inflación.
Si el precio de la canasta básica y otros productos no disminuye con la inflación a la baja, entonces, ¿qué es lo que influye en el precio de este y otros productos?
En primer lugar, la inflación es el fenómeno con el que se explica que los precios de los productos y servicios empiezan a subir y se mantienen así por cierto tiempo, lo que da como resultado que el dinero de la gente sea menos valioso y, por ende, se pierda el valor adquisitivo. Esto significa que si antes se compraba una cantidad de productos con cierta cantidad de dinero, ahora ese mismo dinero alcanza para menos productos.
Entonces, si la inflación baja, ¿por qué los precios no vuelven a la “normalidad”? Esto se debe a varios factores, siendo el más importante la estrategia de cómo afronta cada país la inflación para aminorar sus impactos. El Banco de México (Banxico) hizo una serie de modificaciones a la tasa de interés interbancaria de equilibrio (TIIE) a fin de que no elevaran aún más los precios.
El mes pasado la TIIE se mantuvo en 11.25 %, similar a lo que se tenía hace un año, por lo que hasta que esta no se recorte, se prevé que los precios de los productos no se empiecen a notar, algo que podría ser gradual y demorado. Este es un fenómeno que se llama “deflación”, que es un descenso generalizado y continuo de los precios de bienes y servicios.
Para que se dé la deflación, de manera controlada y que no resulte perjudicial para la economía, además de las modificaciones a las tasas de interés de Banxico se debe a factores como la oferta y la demanda, el tipo de cambio, los costos de producción de los productos, así como las condiciones de cada mercado de un producto.
También se debe considerar que aunque entremos en una etapa de desinflación no veremos precios bajos en el corto tiempo, mucho menos tendremos costos como los que había antes de la pandemia. Aunque se detiene la inflación, los productos ya iban con una tendencia de precios al alza, por lo que tardarán en volver a bajar.
Por otra parte, la deflación sí habla de una baja en los costos de los bienes, pero esto no es benéfico per se, ya que se produce principalmente cuando hay una baja demanda, lo que a su vez impacta negativamente en la economía porque deviene en una baja productividad e incluso pérdida de empleos, por lo que no se debe ver como un indicador completamente positivo.
Finalmente, las disminuciones de inflación que denota el INEGI se hacen a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que se hace basándose en datos nacionales, por lo que aquellos productos que sean traídos desde el extranjero o que no estén disponibles en ciertas zonas hará que los precios sigan variando.